Buenas noches , en estas noche fría de martes os quiero avanzar un nuevo capítulo de las azaleas esperando que los disfrutéis mucho y queráis seguir leyendo, un fuerte abrazo de esta aprendiz de escritora.
capítulo 7
Amaneció con un sol esplendido así que salí a pasear por el jardín ,de pronto de detrás de unos setos salió un perro enorme que saltó sobre mí haciéndome caer al suelo . Se le veía limpio y bien cuidado lo que me ayudó a perderle el miedo . El animal deseaba jugar y empezó a mordisquear el bajo de mis pantalones - Déjala ya Lyon - Tras el perro no tardó en aparecer de detrás de una hermosa rosaleda un joven con pantalones cortos y el torso desnudo .Era un muchacho de pelo castaño, y ojos verde azulados. Se notaba que pasaba mucho tiempo bajo el sol , puesto que lucía bastante bronceado. Las gotas de sudor recorrían su cuerpo y le daban la imagen de un atleta griego . Lyon se sentó a su lado.
- Lo siento, no suele portarse así , pero ocurre que a usted no la
conoce y creo que yo tampoco - dijo recorriéndome de arriba abajo
con su mirada muy descaradamente - ¿Es una amiga de Emma y ha venido
a la mansión a pasar unos días - Bueno , no exactamente - dije ,
empezaba a sentirme incómoda ante su mirada suspicaz - Mi nombre es
Lori Anne - Baker Lowenfeld -terminó él secamente - Siento que mi
perro la haya molestado. No volverá a suceder. - El joven se volvió
con altivez y sin decir nada más desapareció tras los altos setos.
¿Qué se había creído ? Él sabía quién era yo desde el principio y
sin embargo se burló de mí . Además yo ignoraba quién era él y
porque estaba en esta casa , mi casa por otra parte , lo que le
daba más ventajas sobre mí . Pude imaginar que sería algún
trabajador , pero ninguno hasta hoy se había atrevido a hablarme
así , con tanto orgullo. Penetré en la estancia dispuesta a
descubrir quién era ese muchacho - Tía Henrietta , fuera me he
encontrado con un chico y su perro. Me preguntó quién era, además
tuvo el atrevimiento de presentarse ante mí sin camisa y dirigirme
la palabra como si me conociera de toda la vida.
a la mansión a pasar unos días - Bueno , no exactamente - dije ,
empezaba a sentirme incómoda ante su mirada suspicaz - Mi nombre es
Lori Anne - Baker Lowenfeld -terminó él secamente - Siento que mi
perro la haya molestado. No volverá a suceder. - El joven se volvió
con altivez y sin decir nada más desapareció tras los altos setos.
¿Qué se había creído ? Él sabía quién era yo desde el principio y
sin embargo se burló de mí . Además yo ignoraba quién era él y
porque estaba en esta casa , mi casa por otra parte , lo que le
daba más ventajas sobre mí . Pude imaginar que sería algún
trabajador , pero ninguno hasta hoy se había atrevido a hablarme
así , con tanto orgullo. Penetré en la estancia dispuesta a
descubrir quién era ese muchacho - Tía Henrietta , fuera me he
encontrado con un chico y su perro. Me preguntó quién era, además
tuvo el atrevimiento de presentarse ante mí sin camisa y dirigirme
la palabra como si me conociera de toda la vida.
- Sería Albert. Es el jardinero . El pobre pasa tantas horas
cuidando el jardín que es normal que se quitara la camisa. Siempre
ha sido un chico muy orgulloso y algo insolente , pero es bueno .
Cuando le conozcas mejor te podrás dar cuenta de ello . Será mejor
que no le hagas mucho caso . Aun no le conocías ya que estos días no
pudo acudir a hacer su trabajo , pues su madre está algo enferma y
él ha tenido que cuidar de su hermana Meg, una niña preciosa de
cuatro años -Vaya, espero que no sea tan brusco con ella como lo ha
sido conmigo . En fin trataré de no encontrarme demasiado a menudo
con él . Sin embargo mis deseos no se vieron cumplidos y me
encontraba con Albert a cada instante.
Podía estar regando el jardín , podando las rosas o los macizos de
azaleas, arreglando los jarrones en el interior de la casa. El
resultado siempre era el mismo . Su pícara mirada sobre mí y una
sonrisa descarada asomando a sus labios.
Había momentos que me hubiera gustado hablar con él . Preguntarle
por que me miraba de ese modo . Pero eso era lo que él andaría
esperando para poder burlarse de nuevo . Por esa razón siempre me
daba la vuelta y desaparecía de su presencia aunque al poco rato
volviera a encontrármelo .
Así sucedía día tras día y aunque jamás , desde el primer momento
habíamos vuelto a cruzar ni una sola palabra era palpable en el
ambiente el desagrado que sentíamos el uno por el otro . A veces
deseaba que Alexander hubiera estado allí. El sabría bajarle los
humos a ese simple jardinero .
Cuando estaba con Emma, sin embargo , su comportamiento era
totalmente diferente. Se le veía dulce y cariñoso, como si estuviera
mimando a su hermana pequeña. Ella parecía un niña enamorada y él la
seguía dejando soñar , aunque era evidente que por su parte el
afecto no llegaba a tanto . Cada vez que los veía juntos un
sentimiento muy fuerte de rabia se apoderaba totalmente de mí .
Luego , poco a poco iba desapareciendo y pensaba que tal vez también
cambiaría su actitud para conmigo. Pero esto no ocurría.
Henrietta le apreciaba bastante y a veces me decía que tuviera
cuidado con mis propios sentimientos , ¿No serían celos lo que yo
experimentaba cuando Albert y Emma permanecían juntos ? En cambio yo
siempre la repetía que yo no podía estar celosa , y menos de ese
estúpido, mi tía Henrietta se estaba equivocando .
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