lunes, 30 de diciembre de 2013

Las azaleas del amor XI (Feliz 2014)


Bueno, queridos lectores,un año más que toca a su fín,hacemos balance de  todo lo vivido y tenemos que intentar quedarnos con lo bueno, lo pasado olvidado  y al menos saber que de todo lo malo se aprende. Deseo que mañana al brindar por el nuevo año  se  aúnen todas nuestras  energías positivas, cada deseo de todo corazón, y todas las ilusiones , para que el 2014 sea un año lleno de esperanza para todos .Seguir siendo vosotros mismos , luchar  por lo que soñais y nunca dejéis de intentarlo ,que el miedo no os paralice, la vida aún sin esperarlo sigue dándonos sorpresas a diario y nunca os vayáis a dormir pensado que no le habéis dicho algo importante a esa persona especial porque nunca es tarde.Disfrutar de cada momento y que jamás os falten las sonrisas,aunque  a veces parezca  que este mundo que vívimos va cada vez peor, que todos somos conscientes que en los trabajos los afortunados que seguimos manteniéndolo cada día nos tratan peor,los gobiernos parecen ir a lo suyo sin bajar a ver la  realidad, nunca perdais la fé,juntos podemos cambiarlo y estamos en ello. Hagamos un brindis por que este nuevo año empiece a notarse la diferencia. Un fuerte abrazo para todos y muy feliz año nuevo, y no podría despedirme de este año sin un nuevo capítulo de Las azaleas. Esperando que os guste  , un gran abrazo y reiterar las gracias por todas aquellas visitas que sigue recibiendo el blog.
 
capítulo 11
Me desperté casi a media mañana. Me sentía tranquila , sosegada. Era la primera noche que había dormido de un tirón , sin tener malos sueños o pesadillas que perturbaran mi reposo .
La idea de que Alexander estaba allí me tranquilizaba  en grado

sumo , pues si bien con su madre no había vuelto a tener ningún

contratiempo , temía que con Emma chocaría de nuevo  en poco

tiempo . Además su presencia podría hacer que Albert me tratara con

más cuidado y evitara volver a las andadas . Sin embargo en este

punto me equivocaba.

Antes de bajar  a desayunar puse un cuidado especial en arreglarme .

Me vestí con un vestido vaporoso de seda clara , ligero , pero

elegante y me apliqué un suave maquillaje en tonos pastel . Mi

mirada fue al frasco de esencia romántica que Alexander me había

entregado .  Podría funcionar o tal vez no , me decidí a probarlo  y

me puse dos gotas detrás de mis orejas , y al comienzo de mi

cuello .

Cuando bajé al comedor solo permanecían desayunando tía Henrietta y Francesca , la cual me dijo muy amablemente

-Vaya , parece que hoy se te han pegado las sábanas . Me alegro  ,

pues eso significa que has superado tus terribles pesadillas . Eso

es algo que también tu pobre madre padecía a menudo... Por cierto

Alexander  estuvo esperándote , pero como no bajabas , salió con

Emma. Los chicos tenían que contarse tantas cosas después de tanto

tiempo sin verse. Bien, querida espero que la próxima vez puedas

acompañarlos. Ahora , si me disculpáis tengo muchas cosas que

hacer .

Francesca se alejó tarareando una antigua canción . Se veía muy contenta . Como si tuviera algo que celebrar .Un triunfo a la vista. También Henrietta desapareció dejándome a solas con mis pensamientos. Mientras mordisqueaba una tostada con mermelada de fresa , pensaba en Emma . Ignoraba si le contaría a su hermano algo sobre su último ataque , que padeció por mi culpa. Tal vez le contaría que estaba muy enamorada de su jardinero y le pediría consejo para conquistarlo . Al fin y al cabo  Alexander era un tipo joven y atractivo y sabría decirle que puede hacer una mujer para volver loco a un hombre. Ella  entonces lo pondría en práctica con Albert . De repente sentí un par de pinchazos  que sacudieron mi interior al tiempo que me sumía en estas reflexiones . ¿ Celos ? . No ,sólo eran figuraciones mías.

Decidí salir  a pasear por el jardín mientras ellos regresaban ,

cuando tuve otro encuentro desagradable con Albert . pues choqué con

él y caí al suelo con tan mala suerte que me torcí un pie . Él

perdió varios manojos de flores que traía para adornar la casa. Al

caer al suelo se echaron a perder - Sigues siendo una estúpida ,

como una vez te dije . Debería darte las tijeras de podar para que

tu misma cortaras otras flores , aunque te  lastimaras tus manos de

niña tonta. 

Yo intentaba apoyar el pie para levantarme , pero el dolor se hacía insoportable . Sin embargo , aunque estaba apunto de romper a  llorar , no lo haría , me tragaba mis lágrimas para evitar que Albert sintiera alegría  ante mi congoja y volviera a humillarme. Sin volver a mirarme se dio la vuelta  y se marchó .

De nuevo se mostraba violento conmigo . ¿ Por qué ?  Llevaba un

tiempo sin tratarme mal, mirándome a distancia incluso con respeto ,

me hubiera atrevido a decir. Presentía que esta noche no tendría

azaleas sobre mi mesilla . Una terrible angustia me embargó por

completo y ya no pude evitar que el llanto saliera la exterior.

-¿ Qué te ocurre ? - Alexander se acercó  a mí tendiéndome su mano.

-Creo que es solo una torcedura , pero me duele. - Él se arrodilló

ante mí y me practicó un suave masaje en el tobillo- No es nada .

-¿ Te sientes mejor ? - Sí - le mentí . Me limpió las lágrimas

pasándome el reverso de su mano por mi rostro .

-Que hermosa eres - musitó . Pensé que intentaría besarme , pero no

lo hizo . Me ayudó a incorporarme y me preguntó - ¿ Como te has

caído ? -Tropecé con el escalón - Fingí de nuevo -Vayamos dentro ,

sentada estarás mejor -Vale –Asentí - ¿ Y Emma ?- le pregunté -Subió

a refrescarse. Hemos caminado mucho. Salimos temprano con intención

de ir a  montar a caballo , pero luego pensamos que sería mejor ir

contigo . Creo que te gustará -Tu madre me dijo que me habíais

estado esperando -Bueno , tampoco demasiado , no creas ...  ¿Sabes ?

Emma me contó que te tiene un gran cariño. Me ha dicho que un día

mal interpretó tus intenciones hacia el jardinero , Albert , de

quién ella está locamente enamorada. Ese es un tema en el que nadie

puede llevarla la contraria, pues bien me comentó  que se portó

bruscamente contigo , pero que cada vez que lo recuerda se  siente

mal y se castiga por esa actitud . Desearía acercarse a ti pero no

sabe como hacerlo. Espero que viéndome a tu lado, le sea más fácil ,

por supuesto si a ti no te importa , claro está -No , en absoluto

-Respondí sorprendida . Aquello que Alexander me contaba me

resultaba tan extraño. No sospechaba que él pudiera estar

inventándolo, pero tal vez Emma le había tomado el pelo .

Sus palabras resonaban en mi mente. ¿ Qué me tenía cariño, que quería acercarse a mí y no sabía cómo ? Me resultaba demasiado hipócrita , pero yo no podía descubrírselo a Alexander , sería mejor que lo viera él mismo . Pensé que lo mejor que podía hacer era esperar y ver como actuaba ella delante de su hermano .

Ciertamente a partir de aquella tarde Emma comenzó a mostrarse más

afable conmigo . Me pedía que la acompañara a pasear , me hablaba

constantemente de su amor por Albert , quería que jugáramos al

tenis, que fuéramos a montar a caballo , incluso me hizo prometerle 

que si entre las dos lográbamos convencer a su madre y se llegara  a

casar con su pretendiente yo sería su dama de honor .

Empezó a mostrar una vitalidad inaudita y desconocida en ella. Todas

las tardes paseaba por el jardín de la mano de Albert , que por su

parte y sobre todo en mi presencia de mostraba muy apasionado con mi

prima .

Francesca los observaba, pero prefería  jugar a que los ignoraba dado que el buen estado de salud en el que se encontraba Emma , bien valía cierto sacrificio por su parte. Aún así ocupaba gran parte del día en escribir largas cartas a familias de alta sociedad con muy buenos recursos y con herederos jóvenes, pensando en emparejar a su pequeña con alguno de sus vástagos .

Esperaba que lo de Albert fuera un capricho que se la iría pasando

con el tiempo y un buen partido .



 

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Las azaleas del amor X


Me gustaría daros las gracias a todos los que me seguís y leéis y esperáis el siguiente blog con ilusión por eso me atrevoa regalaros  otro capítulo como un especial regalo de Navidad, con todo mi corazón, para vosotros y deseando que os guste, Un beso enorme.

 capítulo 10

A la mañana siguiente desperté  de buen humor y decidí llamar a mis amigas . Tenía que contarles todo lo que me había ocurrido . Me encontré con Albert en el vestíbulo . Él arreglaba un jarrón , mientras Emma leía recostada en un diván a su lado . El jardinero ni siquiera me miró  y yo salí  enfadada conmigo misma por haber rememorado ese beso y sentirme feliz. Albert era mi enemigo , además del galán de Emma y  eso era todo .

El ritual de las azaleas se repetía todas las noches, era algo que me gustaba, pensaba como llegaría cada noche a mi cuarto sin ser visto y sonreía malignamente pensando que diría Emma , si lo supiera. A veces veía como él me observaba si creía que yo no me daba cuenta. No me había vuelto a hablar , pero el gesto de las flores podía decir mucho más que un par de palabras. Además me di cuenta que evitaba a Emma lo más que podía , y el carácter de ella volvió a resentirse . Todos en la casa esperábamos con ilusión la llegada de Alexander con la esperanza de que nos alegrara y en especial a su hermana. Francesca me invitaba a ir de compras casi cada día , yo me compraba complementos de moda actual , mientras ella se centraba en ropa de cama , baño , y objetos de menaje, cualquiera diría que estaba preparando un ajuar  , pero si eso la hacía feliz no iba a ser yo quien se lo impidiera.

Tuvieron que pasar dos semanas para que Alexander nos alegrara con su presencia . Llegó cargado de regalos para todo el mundo  y especialmente para su “ carísima “ Emma . A Francesca la trajo un Foulard exquisito de seda italiana entre otras muchas chucherías . A Henrietta unos pendientes de ópalo ,que habían pertenecido ni más ni menos que a Lucrecia Borgia , o al menos era lo que se decía . Tía Henrietta se ruborizó cuando bromeamos sobre si la pertenencia de estas joyas la harían parecerse a su anterior propietaria . A Emma le había traído una colección de preciosas muñecas , lujosamente ataviadas realizadas con la mejor porcelana de Florencia .  Alexander era un ser muy romántico y cuando yo no esperaba que me entregara nada , a solas, bajo la luz de la luna ,  sacó una pequeña bolsita forrada de terciopelo  , al abrirla apareció un delicado frasco de cristal con la forma de una mujer , tal vez una diosa .

No se me ocurría que podía regalarte, entonces en uno de mis viajes a Verona conocí a una hechicera que me convenció de que este regalo sería el mejor para ti . Tal vez pienses que es un perfume vulgar , quizá de los más caros , pero tan  corriente en definitiva como cualquier otro . Quisiera pedirte que cerraras los ojos y lo olieras

Así lo hice. Intenté definir qué olor tenía pero no me fue fácil . No obstante era un aroma agradable, dulce , seductor .

¿ Qué es ? - Pregunté entonces a Alexander –Según cuenta la leyenda esta esencia tiene un poder especial y hace que dos seres se enamoren para que juntos sean uno solo y jamás nadie pueda separarlos . La historia es preciosa aunque igonoro si realmente funciona, sin embargo , por lo que tía Henrietta me ha contado sobre  ti en sus cartas pensé que te gustaría . Está hecho de  las plantas que lucían en el jardín de los Montesco , donde surgió el amor entre Romeo y Julieta.

Sí creo que es una historia encantadora y te prometo que guardaré este detalle como algo especial .

 Me alegra que digas eso, no ignoro que has tenido problemas con mi hermana y mi madre , pero quiero que sepas que yo te apoyaré incondicionalmente sin importarme contra quién .

Gracias  - Respondí -No hay de qué -Sonrió dejando una hermosa estela a su alrededor . Después alegando que estaba muy cansado por el viaje me dejó para ir a acostarse y se despidió de mí con un sencillo y rápido beso en mis labios .Alexander era un  hombre bastante atractivo y sus detalles e ideas románticas aún le hacían más fascinante. Sin embargo , cuando se marchó , me pasé los dedos por mis labios rememorando el salvaje beso de Albert .La escena que acababa de suceder en el jardín de la mansión Lowenfeld era digna de un cuento de hadas  pero lo que yo ignoraba es que varios ojos más de los deseados también la habían presenciado . Así, Albert tras unos arbustos , sintió un terrible delirio que estremeció todo su cuerpo  y salió corriendo produciendo un leve sonido de pisadas que yo confundí con los de algún animal . También Francesca desde su ventana observaba complacida la escena y frotándose las manos dijo para sus adentros: “Es fabuloso , ya solo nos queda el acto final” .

Minutos después alguien golpeó la puerta de su dormitorio

Adelante - dijo Francesca , dando paso a su hijo - Mi querido Alexander eres un magnífico actor . ¿ Cuando la pedirás que se case contigo ? debemos disponer una fiesta por todo lo alto .

No lo se. Siento que todavía estoy a tiempo de echarme para atrás . Es solo una chiquilla con ilusiones que no sé si quiero destruir

 Pero yo soy tu madre , recuérdalo - dijo Francesca con un tono de voz seco y zalamero .

 

Las azaleas del amor IX


Queridos lectores, espero que estéis disfrutando de una Feliz Navidad, en compañía de vuestros seres queridos. Son días de emoción para vivenciarlos rodeados de los nuestros y también añoramos a quiénes ya no están con nosotros y por tanto siempre se nos remueven las emociones. Aún así espero que por algún momento todos hayamos recuperado la ilusión de  cuando éramos niños y no no nos dejemos llevar por la vena consumista que es lo de menos, lo mejor es es decir cuanto quieres a esa persona que hace mucho que no la ves, comerte a besos a tu madre y en definitiva como siempre digo dejar que el corazón nos lleve. Si tenéis vacaciones disfrutarlas a tope sino como servidora pensar que ya vendrán tiempos mejores. Deseandoos como siempre lo mejor os entrego mi nuevo capítulo de las azaleas. Un abrazo enorme.

capítulo 9

Albert se marchó dejándome acurrucada en el suelo, llorando con amargura , desconsoladamente. Entre en mi cuarto y me tiré sobre la cama. Pasé toda la noche derramando lágrimas sin cesar , hipando y sollozando  y aunque la cabeza me estallaba no pude conciliar el sueño . Estaba pensando qué era lo que me estaba ocurriendo . Albert y yo siempre nos habíamos llevado mal , pero esta noche me había humillado vilmente. Deseaba con todas mis fuerzas que pagara por lo que había hecho , pero él tenía razón al asegurar que no me sería tan fácil deshacerme de sus servicios. Recapacitaba sobre lo que debía hacer. No podía soportar la idea de volver a verle como cada día acosándome a cada momento , después de lo de esta noche. Imaginé como se divertiría Emma si se enteraba de como su amor me había despreciado , y estaba segura de que se enteraría. Albert correría a contárselo . Recordé mi vida anterior . Era más feliz en mi pequeño apartamento rodeada de mis amigas . Decidí que muy temprano para que nadie se diera cuenta abandonaría  esta casa. Cuando por fin conseguí dormirme tuve una terrible pesadilla .

Oía voces  que me llamaban cobarde , la mano pálida de todos mis sueños atenazándome el brazo y poniéndome la sortija de la familia Lowenfeld que se me había legado en el testamento de Theodora y que sin embargo no había aparecido entre sus pertenencias.  El sol entró pronto por mis grandes ventanales. Suspiré , mi decisión estaba tomada y no daría marcha atrás. Hice mi maleta muy deprisa , sin apenas doblar la ropa y me dispuse a escribir una carta para Henrietta pidiéndola perdón por abandonarla , sin explicarla nada más. Lo que menos me podía esperar fue lo que sucedió a continuación . El mismo Albert penetró en mi habitación .Parecía mucho más dócil que ayer, observó mi maleta y una sonrisa se perfiló en sus labios . Se regocijaba interiormente del efecto que había producido en mí su dureza. Sin embargo se acercó a mí y en voz baja empezó a hablar .

Francesca me acaba de comentar que Emma está mucho mejor. Supongo que te alegrará saberlo 

Ajá - Asentí sin atreverme a mirarle a los ojos 

Lori , estoy aquí por una simple y única razón  -Me dijo mientras me cogía de la barbilla suavemente obligándome a mirarle sus ojos verdosos que brillaban apasionadamente , era la primera vez que me llamaba por mi nombre, pensé que volvería a besarme  y me retiré de él bruscamente. Albert sonrió maliciosamente adivinando mis pensamientos

 - No quiero que te asustes de mí , solo deseo que olvides lo que ha  pasado entre nosotros. Anoche estaba fuera de mí , y me comporté como una bestia . Te prometo que si así lo deseas no me volveré a acercar a ti bajo ningún concepto . Aunque yo preferiría que me pidieras que fuéramos amigos , pero eso lo dejo en tus manos . - Reparó más fijamente en mi maleta y en los armarios y cajones totalmente vacíos , entonces dulcificado su voz y su gesto y alejándose hacia la puerta susurró - Por favor , no te marches por mi culpa , he sido un necio , pero lo siento con toda mi alma.

Albert desapareció de mi cuarto . Ignoraba como había podido entrar en mi habitación sin ser visto y salir así , de la misma manera . Este chico había logrado desconcertarme . Cada vez que aparecía  y me hablaba volvía mi alma del revés. Hoy me había demostrado que podía ser humilde y era capaz de reconocer sus errores . Pero podía volver a convertirse en bestia , como él mismo había dicho. La noche anterior Albert admitió que me odiaba y por muchos motivos ...      

Decidí darme otra oportunidad y deshice mi maleta. No me acercaría ni a Emma ni a   Albert ,que hicieran y dijeran lo que quisieran . A distancia no me podían hacer ningún daño .

Bajé a desayunar , pero me había olvidado de maquillarme y los ojos hinchados destacaban  bastante en la pálida cara. Inventé que no me encontraba demasiado bien , seguramente comería algo pasado de fecha . Nadie creyó una palabra pero fueron muy discretos al respecto , cosa que yo agradecí .

Querida - Dijo tía Henrietta - hoy es un día feliz para nosotros , hemos recibido una carta de mi niño Alexander en la que nos comunica que pronto vendrá  seguramente para quedarse , si no para siempre al menos si por una larga temporada.

Sonreí pensando que tal vez Alexander conseguiría animarme y mantener a Albert a distancia . Emma seguía acostada y  a media tarde pidió que me avisaran .  Deseaba hablar conmigo .

Al principio pensé que no subiría , yo no estaba a las órdenes de esa chiquilla insolente , por mucho que ella así lo pensara.  Me convencí a mi misma que ni siquiera Albert podría volver a atemorizarme , si así sucedía lo pondría en conocimiento de Henrietta y Jasper , estaba segura de que me harían caso a mí y no a Emma. Llamé con los nudillos.

Adelante - Cuando entré me sonrió y señaló su cama invitándome a sentarme a su lado. - Querida, siento haberte tratado ayer como a  una simple desconocida. - Confío en tu bondad y espero que podrás perdonarme . Todo tiene una explicación . Estoy enamorada  con toda mi alma de Albert. Yo no se si él también me ama , aunque a veces así lo parece . Antes de que tu llegaras , sabía que mi madre jamás permitiría este noviazgo . Pero tu podrías convencerla que nos dejara salir juntos. Por favor , mi madre está tan cambiada

 Bueno ,yo no puedo prometerte nada - dije sorprendida , estaba segura de lo que Emma me acaba de confesar como también de que Albert jugaba con ella . No podía comprometerme a nada. Sin embargo la dije que lo pensaría. Hablaría con su madre sobre el tema , pero eso sí ,sin agobiarla demasiado .

Por la noche, en el jardín, Henrietta me preguntó que qué era lo que me ocurría , pues me veía taciturna y seria  como jamás me había visto. Por un  momento dudé en sincerarme con ella , pero finalmente preferí guardar el secreto . Albert en todo el día se había acercado a mí . Quería esperar y ver si realmente me dejaba en paz antes de propiciar que le despidieran de su trabajo . Pensé en su pobre madre
enferma y en Meg  a quien desearía conocer.

Subí a acostarme , esperaba pasar mejor noche que la anterior  , me

puse un camisón fino de gasa y me introduje en la cama . Cuando iba

a apagar la luz , el rubor encendió mis mejillas, pues sobre la

mesilla descubrí un par de azaleas blancas , sobre una nota que

decía solamente  “ Gracias “ . Mis labios empezaron a  arder

mientras recordaba su beso y me quede dormida como una niña .

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Las azaleas del amor VIII


Queridos lectores,os envío un saludo agradecido , no sabéis como me alegran  cada una de vuestras visitas a este Blog tan humilde como su creadora. Sigo pensando nuevas historias que os puedan sorprender y enamorar y si en algún momento os interesa algún tema para tratar  solo tenéis que decírmelo. Para esta tarde tan fría os comparto llena de ilusión el capítulo VIII , que mejor manera  de pasar la tarde que leerlo con una buena taza de café debajo de una mantita sólo o en compañía, empiezan a aflorar los sentimientos en las azaleas del amor. No os lo perdáis , un fuerte abrazo.
capítulo 8
 Los días iban pasando , haciéndose más largos  y calurosos  cada vez , anticipando que pronto llegaría el verano . Henrietta y yo  ,cada vez  nos profesábamos un afecto más intenso la una a la otra . A veces pensaba como era posible que hubiera podido vivir tanto tiempo lejos de esta mujer , que me colmaba de amor profundo y sincero , tan parecido al de una madre , y sin embargo tan distinto a la vez . Pues el cariño materno jamás puede igualarse , y yo lo seguía echando en falta .   Aprovechando que Albert no llegaba hasta media mañana ,solía  pasear disfrutando del amanecer en un lugar mágico , dentro de la propiedad Lowenfeld . Llegaba junto al templete de cristal, rodeado de hermosas azaleas blancas. Este había sido el lugar que Teresa siempre había preferido para hacer sus reflexiones o desahogar sus penas en llanto apasionado y torrencial . Tal vez por eso me gustaba tanto venir aquí a pensar en silencio . Podía sentir una presencia etérea, volátil y sobrenatural que me acompañaba. En esos momentos intentaba imaginar como podría haber sido mi madre y lloraba mientras una luz interior se encendía en mi alma  y cobraba la forma de un amor puro y celeste, entonces sentía tranquilidad y paz , como si mi madre y yo finalmente nos hubiésemos encontrado  y  juntas otorgáramos el perdón  a la mujer que cambió  nuestros destinos  y que sin embargo , propició nuestro reencuentro milagroso nacido de la esperanza . 


Me empezaba a adaptar a mi nueva vida. Los sirvientes me trataban con respeto incluido aquel estirado mayordomo que me recibió el primer día . Algunas de las doncellas y sobre todo la cocinera me habían tomado mucho cariño . También , como tía Henrietta me decían que era igual a Teresa , y que siempre había sido muy cariñosa y buena con el servicio pese a las normas estrictas de doña Theodora . 
Volví a ver a mis amigas cuando realmente me apetecía sin necesidad
 
de avisar  de mis salidas pese las exigencias de Francesca . No
 
obstante también había variado su comportamiento al acercarse a mí ,
 
en ocasiones resultaba excesivamente empalagosa, lo que despertaba ,
 
por su parte ,los celos de Emma que se distanciaba cada día más de
 
su madre. Yo trataba de acercarme a ella , era joven como yo ,
 
podría haberla presentado a mis amigas , pero no me dejaba , siempre
 
se escudaba en sus continuas dolencias  que la obligaban a estar
 
encerrada durante todo el tiempo . Cada día parecía que su palidez
 
se iba acentuando y realmente me preocupaba . Mi interés hacia ella
 
logró que Albert y yo tuviéramos otro enfrentamiento  , pues un día
 
no pude soportar la tozudez de Emma que demostraba que había sido
 
una niña malcriada y siempre se había salido con la suya . Entonces
 
haciendo uso de una de sus tácticas consiguió que tía Henrietta se
 
sintiera culpable por no haberla dejado salir por la noche con el
 
atractivo jardinero - Emma  , anoche refrescó bastante y te hubiera
 
sentado mal salir , o  ¿acaso ayer noche te sentías plenamente
 
recuperada ?  - Tú no te metas. Lo que pasa es que sientes rabia de  
 
que Albert no te haga el más mínimo caso . Pero métete esto en la
 
cabeza , aunque hayas conseguido poner a mi madre de tu parte y ser
 
la preferida de Henrietta conmigo no vas a poder. Te prometo que
 
impugnaré el testamento y que te tendrás que marchar de aquí , como
 
lo que eres , solo una recogida por la locura de una vieja en sus
 
últimos momentos de vida.

Al escuchar hablar así a Emma no pude menos que sorprenderme. Era la primera vez que hablaba sin mostrarse tímida como de costumbre . Esa niña tenía agallas y mucho odio contenido que podían hacer mucho daño. No pude evitar cerrarle la boca con una bofetada que me salió del corazón , al oírla hablar así de mi familia . Emma estaba enloquecida empezó a tirar todo lo que encontraba a su paso y a chillar como un animal herido , de pronto la dio un terrible ataque de tos , y perdió el conocimiento . Rápidamente Henrietta y yo la subimos a su cuarto mientras Francesca telefoneaba al médico . No era muy grave lo que la había sucedido , en realidad tanta pasión salida a flote en pocos segundos fue lo que ocasionó aquello . Sin embargo sería mejor que guardara reposo durante unos días y que evitáramos que la dieran  ataques de este tipo muy a menudo , pues entonces si serían graves  y uno demasiado fuerte podría llevarla  a la muerte . El corazón de Emma no era muy vigoroso  y podría agotarse si realizaba muchas batallas como esta.
Llegué a casa de madrugada. .En el fondo me sentía muy culpable .
 
Hubiera sido mejor dejarla que dijera lo que quisiera . Solo era una
 
niña mimada , en cuanto a lo del testamento no podría hacerlo , pues
 
nadie la respaldaría . Además ella sola no tenía los medios
 
suficientes para poder pagar a un abogado que la orientara en este
 
tema. Sin embargo decidí llegar a esta hora , pues todos estarían
 
acostados y no me veía con fuerzas para poder resistir la mirada o
 
la palabra de aliento de algún miembro de la familia , incluso
 
esperaba algún reproche  , y me daba miedo, sentía que había
 
traicionando la confianza que parte de la familia había puesto en mi
 
desde el primer día . Pensaba en mi madre y en mi abuela . ¿ Y
 
Alexander ? Si algo le llegara a pasar a su hermana... 


Subí las escaleras pausadamente ,algo me ahogaba en mi interior ,

deseaba que la luz del sol reflejara pronto los colores de las

hermosas vidrieras de la mansión . Con el nuevo día vería la

evolución de Emma y me quedaría más tranquila . En lo alto de la

escalera una sombra misteriosa salió a mi encuentro - Creí que al

menos tendrías la decencia de no regresar esta noche. Lo ideal

sería que no volvieras nunca más y dejaras que la vida de esta

mansión siguiera como hasta ahora ,pues tú solo has venido a

complicarlo todo


Albert me atenazó el brazo con fuerza


- Me haces daño  - Dije intentando soltarme , pero solo conseguí que

se desgarrara la manga de mi vestido -   No me importa . Tú también

has hecho daño a mucha gente -Ni siquiera perteneces a esta 

familia  , solo eres un jardinero y mañana mismo puedes no serlo

siquiera . Depende si decido despedirte . ¡Así que será mejor que me

sueltes ! - Exclamé con orgullo  irguiendo después mi cabeza -  Bah¡

No creo que lo hagas . Además tu  familia - dijo enfáticamente - no

lo permitiría . Tu prima daría su vida por mí si pudiera -¿Por que

me odias tanto ? Yo no te hecho nada - Las lágrimas recorrían mis

mejillas sin poder detenerse, en parte por el daño que me  hacía , y

por otro lado me sentía asustada . Albert podía sentir que estaba

temblando . Henrietta me había dicho que era bueno . El rencor

cegaba sus ojos y pensé que con sus fuertes manos alrededor de mi

cuello , podría acabar con mi vida si se lo propusiera.

-  Ja , ja , ja - Sonrió ferozmente   -¿ Que porqué te odio ? . Bueno

algún día lo sabrás. Tengo muchos motivos - Empezó a zarandearme con

fuerza, perdí el equilibrio y cerré los ojos pensando que me caería

por las escaleras, pero Albert actuó rápidamente atrayendo mi cuerpo

hacia el suyo .

Podía sentir el calor que despedía su piel . Mi corazón empezaba a

latir aceleradamente . Entoces sus manos me agarraron por la cintura

con fuerza haciéndome caer sobre él y acercó sus labios a los

míos , marcándolos con un beso ardiente, que hizo estremecer todo mi

cuerpo . No pude evitar responderle  de igual manera , entonces él

me alejó de un empujón  haciéndome caer a sus pies.


-Que estúpida eres , ostentas el apellido Lowenfeld  , pero no vales

nada . No tienes ni una pizca orgullo .