sábado, 8 de agosto de 2015

Las azaleas del amor XXXIII


Buenos días, en esta mañana de sábado me gustaría desearos el mejor de los fines de semana y quién sabe si también las ganas de realizar algún viaje hermoso por los destinos de nuestros protagonistas.Lugares  llenos de magia y encanto, que inspiran y enamoran, para disfrutarlos en soledad o en la mejor compañía.Para todos un nuevo capítulo de Las azaleas del amor.Un besazo.

 

Capítulo 33

Viena , antigua capital del Imperio Austro - Húngaro estaba frente a nosotros. Cuando llegamos la ciudad estaba cubierta por una clara neblina que le debe cierto aspecto de cuento, de ciudad de las hadas.

Alexander y yo paseamos por las orillas del Danubio. Visitamos la Iglesia Votiva, el Parlamento y la Opera. El final de nuestra ruta turística por hoy sería el Palacio Schimbrum. Resultaba fácil imaginar a los fantasmas de la emperatriz Sissi y Francisco José danzando al son de Sangre Vienesa , en aquellos inmensos salones. Antes de partir de estas tierras realizamos una excursión a los frondosos bosques de Viena y Mayerling. Finalmente nos alejamos en tren ,divisando con nostalgia los señoriales Alpes suizos .

Nuestro próximo destino sería Italia, allí permaneceríamos algún tiempo pues Alexander poseía una galería de arte en Roma y debía dejar algunas cosas en orden, pues había permanecido demasiado tiempo alejado de su trabajo. Primero me mostró los rincones más hermosos de ciudades tan románticas como Siena , Florencia , donde pudimos admirar al “David” de Miguel Angel y Padua que siempre había deseado conocer. También visitamos Verona , la ciudad delos amantes.

-Parece que el perfume mágico funcionó de alguna manera - dijo Alexander besándome en los labios fugazmente-

-Sí , quizá no como esperábamos , pero hizo su efecto

-¡Oh! Lori Anne ,eres deliciosa... - dijo él sonriendo.

En Roma , Alexander resultó ser un magnífico Cicerone y antes de ir a la Galería demostrándome un amplio conocimiento sobre esta ciudad , me mostró la plaza de Venecia, el Capitolio , los Foros Romanos y por último la Basílica de San Pedro. Empecé a rezar. Veía tan lejana mi visita a la ermita cavada en la gruta, en compañía de Albert. Le pedía perdón a Dios por haberme casado sin sentir verdadero amor. Pensaba que había obrado mal y deseé que finalmente algún día se cumpliera nuestra promesa ahora ya casi olvidada.

-¿ Comemos antes o vamos a la Galería ?- Me preguntó Alexander al salir de la Basílica

- Tú mandas - Dije yo

-Bueno , pues  si lo deseas , ahora vas a conocer en que consiste mi trabajo y a partir de ahora el tuyo

-¿ Cómo ?- Respondí yo sorprendida.            

-Cómo tú eres mi esposa, he tramitado que la galería te pertenezca a ti en lugar de a mí. Tómalo como un regalo de bodas . Y si algún  día nuestra relación se rompiera , la mitad del edificio y su contenido siempre te pertenecería.      

- Alexander ¿ Porqué has hecho eso ?

-No lo sé. No , en serio. Yo con nuestra unión , a cambio consigo tu dinero , pero ¿ y tú ? Sentía que debía compensarte de alguna manera, mi aprecio ya lo tienes , espero que lo sepas y ahora , pues....de todos modos no pienses que te he convertido en  multimillonaria, porque tú misma podrás comprobar que es un negocio glamuroso , pero modesto.