jueves, 31 de octubre de 2013

Las azaleas del amor IV


 
A todos mis vampiros, fantasmas, brujitas ,hadas y duendes que lleváis esperando un año entero para poder salir disfrazados esta noche y disfrutar de un hallowen especial y diferente para cada uno de sus vosotros aquí os dejo el cuarto capítulo de mi novela para que podáis disfrutarla en este puente y si no tenéis fiesta al menos se haga un poco mas llevadero. Un beso gigantesco para todos y Feliz noche de Hallowen, un saludo desde mi escoba.

capitulo 4

El lujo y la riqueza se dejaba notar por todos los rincones, aunque siempre resaltaban toques de buen gusto . La doncella me acompañó hacia una larga escalinata de mármol, sostenida sobre dos volutas doradas . Mirar al techo era perderse contemplando frescos primaverales y ángeles esbeltos en sus esquinas . Entré en mi habitación. Hermosas cortinas de terciopelo azul con lazos de raso del mismo color colgaban de sus ventanales. En el centro del dormitorio una enorme cama con dosel invitaba a deshacerla. Su colcha y sus sábanas se combinaban en un vistoso juego de encaje y seda. Observé las mesillas y el resto de los muebles de la habitación , todos nacarados . Sobre la cómoda un juego de tocador de cristal tallado reflejaba el arcoiris descomponiendo los rayos del sol que entrechocaban y daban un tono mágico a la habitación , casi de cuento .

- Era la habitación de tu madre antes de casarse con Arthur. Theodora no quiso  cambiarla, ni siquiera después de lo que pasó ... - Henrietta había entrado sin hacer ruido , mientras que yo me ensimismaba contemplando todo aquello que me rodeaba

- Yo no se si debo aceptar todo esto , realmente todo ha sido tan rápido que , tal vez fuera mejor que continuara en mi piso durante un tiempo, temo que Francesca y Emma no sean muy felices si yo permanezco aquí . 

- ¿ Pero que estás diciendo ? Tienes tanto derecho como ellas a estar  aquí . Más que Francesca. Esta es tu casa hija - dijo entonces , dulcificando su voz  - Sólo te pido que tengas un poco de paciencia con todos nosotros , y por supuesto, te pido perdón en nombre de todos mis parientes por haberte tenido alejada durante todos estos años -  Oh ! Henrietta - No acerté a decir nada más , mi tía me abrazó. Ambas con los ojos anegados en lágrimas sellamos nuestra amistad .
La comida transcurría con tranquilidad. El menú estaba formado por platos ligeros, crema de ave , ensalada de cangrejo, pastel  de verduras y Mousse de limón . La mesa que ya tenía un tamaño considerable parecía aumentar de medida por el pequeño número de comensales que estábamos presentes .

De pronto Francesca me dijo - Que suerte has tenido, pequeña , has llegado a tiempo para la lectura del testamento de la gran Theodora, ya que se hará mañana , por la noche. Brindemos por la vieja bruja, tal vez en su delirio se haya acordado de nosotras - Francesca, te ruego demuestres más respeto, tanto por la difunta como por Lori  ,ella no está aquí como invitada. Es un miembro más de nuestra familia y a partir de ahora, como tal tendrás que tratarla. Tu marido se enterará de esto .
Emma se sintió mal como a mi llegada y le pidió a su madre que la ayudara a retirarse. En toda la comida había dicho una sola palabra , pero era evidente que en su interior tramaba algo, tal vez paralelo a las ideas de su madre.
- Lo siento , Lori, Jasper te lo advirtió esta mañana . Francesca es una tigresa cuando se trata de dinero . Pobre Emma me temo que la forma de ser de su madre la ha hecho demasiado daño. Al menos Alex se ha podido liberar de esta influencia.
Bebí un poco de agua, Francesca había hablado de un testamento del cual yo no sabía nada, decidí enterarme de una vez por todas.-Tía ¿ es por el testamento de Theodora por lo que se me ha hecho venir ?-  Bien , realmente no sabría decirte , mi madre llevó durante toda su vida este tema muy en secreto. Tan solo Alfred  al que hemos designado como tu abogado, conoce su decisión , y mañana a media tarde , se dará lectura a la última voluntad de la pobre Theodora. Lo que entonces ocurra será una sorpresa para todos nosotros , puedes creerlo. En cuanto a tu abogado , si deseas tener otro , puedes cambiarlo si así lo decides. Nosotros pensamos que nadie mejor como el señor Devon , únicamente por motivos de amistad. Él ha sido amigo de la familia desde que éramos jóvenes , muy jóvenes - la nostalgia envolvió a Henrietta y me dejó con la palabra en la boca.
Salí al jardín ,necesitaba relajarme. Deseé que nada de esto estuviera pasando , pero era algo inevitable y no podía negarlo . ¿ Cual sería la nueva sorpresa que el destino me tendría deparada ? Sólo era cuestión de esperar.
Al día siguiente me desperté sobresaltada , había tenido horribles pesadillas durante toda la noche. Veía a Francesca a mi alrededor y me sentía mareada , ahogada, quería despertar pero algo me lo impedía . Oía murmullos, risas , gritos, voces que me decían que me fuera antes de que fuera demasiado tarde. Quería huir , pero una mano pálida me sujetaba la mía y una extraña paz me embargaba. Entonces se quitaba una sortija sencilla, dorada con una esmeralda central , y me la ponía en mi dedo corazón . Por la mañana aún sentía el roce del anillo en mi dedo. Era evidente que la presión  a la que había estado sometida me estaba jugando una mala pasada. Decidí relajarme dándome una ducha , disfrutando a placer de las sales marinas y muchísimo más tranquila me vestí con un traje de chaqueta de lino blanco .
Telefoneé  a Valerie y quedé para comer con ella  -Vaya , no parece que tu nueva vida te siente muy bien , tienes unas terribles ojeras - Sólo son nervios, no te preocupes por mí -Vale , vale ¿ vas a volver a trabajar ? -Bien , tal y como están las cosas no puedo decirte nada aún . Hoy dan lectura al testamento de mi abuela  -Me quedé sorprendida de la forma tan natural en que había pronunciado la palabra - Después ya tomaré una decisión-  Pues bien , señora condesa, vayamos a comer , nuestras amigas nos esperan -  ¡Valerie¡ - grité yo avergonzada.
Pamela y Yasmín me recibieron como si hiciera un siglo que no nos veíamos. Pensé que tendría que invitarlas a mi casa algún día . Sonreí pensando en lo locas que se volverían Yasmín y Valerie .
- ¿ Que tal va tu embarazo ?   - Creo que va a ser una niña – respondió Pamela
- Peter hubiera preferido un niño. Te puedo asegurar que ya le había comprado un balón de reglamento y como no , su primer juego de herramientas - Si necesitas cualquier cosa - dije mirándola a los ojos -  Lo sé , lo sé, gracias querida...
 
Durante el resto de la tarde no volvimos a hablar de mi nueva vida. Éramos cuatro
 
chicas jóvenes con ganas de divertirnos , ni más ni menos. Llegué a mi casa
 
alrededor de las siete de la tarde. Reconocí el coche de Alfred Devon aparcado en
 
el jardín de la mansión . A su lado también había un Lamborghini  rojo .
 
¡Demonios ! Se me había olvidado por completo la lectura del testamento

martes, 22 de octubre de 2013

Las azaleas del amor. Capítulo III


Un martes más aparezco para desearos buenas noches deseando que hayáis pasado un buen día a pesar de la lluvia y de las malas caras que a veces nos rodean inevitablemente, a pesar de ello y como os prometí, aquí os dejo otro pequeño capítulo deseando que os guste y esperando un sinfín de vuestras críticas para seguir mejorando. Un beso enorme para todos , os quiero.
 
Capitulo 3
 
Sonreí , al menos Valerie no había perdido el sentido del humor. Sin embargo yo me sentía muy rara. Como si aquello que me acababa de pasar no me hubiera sucedido a mí. Cómo quien ve una película tan impactante que le resulta imposible dejar de pensar ni un instante en ella. Pero era verdad, era mi propia película y debía hacerme a la idea, lo que más me aterraba es que todo esto tan solo había sido un prólogo  y en realidad lo que más me inquietaba es si tendría un desenlace feliz o tal vez todo lo contrario, resultando ser una tragedia dramática .
La tarde transcurrió tranquila. El abogado vino a verme como había anunciado. Me afirmó lo que me comunicaba en su carta . En quince días me iría a vivir a la mansión Lowenfeld  “ mi verdadero hogar “ .
Acompañada por el señor Devon llegué a la que desde hoy sería mi nueva casa . La verja dorada que daba paso al frondoso jardín hoy me parecía más alta que nunca. Nadie estaba fuera , en la escalinata  esperándome  y realmente era de suponer.
Un mayordomo estirado saludó a mi abogado de forma ceremoniosa y a  mí me ignoró discretamente. Nos hizo pasar a una estancia al aire libre, como una terraza interior , una fuente salpicaba alegremente rompiendo la monotonía del silencio que allí reinaba.
Observé cada rostro , intentando adivinar quien era cada cual , en función de la historia que me contó Alfred. Había cuatro personas sentadas en sillas de mimbre alrededor de una mesa de cristal tallado.
El mayordomo que nos acompañó hasta aquí se puso detrás del único hombre que se encontraba sentado y le dijo algo al oído. Después se puso detrás donde había otras tres personas uniformadas , todas ellas mujeres, que supuse serían servidumbre. Quizá una doncella por cada dama de las que allí estaban.
El primer rostro en el que me fijé era el de una mujer madura , casi parecía dela misma edad que Alfred Devon.
Tenía algunas arrugas que dotaban ese rostro de seriedad. Sus ojos azules despedían , sin embargo una especie de bondad y ternura. Llevaba el pelo recogido en una redecilla. Vestía con un traje largo de color violeta , sin más adorno que un camafeo antiguo en el cuello . Pensé que no podía ser otra que Henrietta , la mayor. A su lado una joven con el pelo rubio y trenzado acariciaba a un gato que tenía en su regazo. Apenas me miró. Su rostro era pálido y parecía una flor lánguida a punto de marchitarse , pese a estar en la flor de la vida , pues no podía tener más de dieciocho años . La identifiqué con la joven Emma. Ciertamente su tez cetrina daba la impresión de que estaba enferma. Mi mirada pasó al único hombre sentado , empezaba a quedarse calvo . Vestía pulcramente con un traje gris y en su brazo derecho llevaba un brazalete de luto. Leía un periódico de deportes , me miró con los mismos ojos azules de Henrietta.  Yo empezaba a perder los nervios , las piernas comenzaban a temblarme y temía que pudieran presentirlo . El cuarto personaje allí sentado, era otra mujer de cabello claro , pero sin llegar a ser rubio y ojos verdes. Iba maquillada cuidadosamente , pero con un exceso de carmín rojo en los labios , desde mi punto de vista. Vestía un traje  sastre de color marrón que realzaba su esbelta figura. Debía ser Francesca , sin embargo aparentaba tener poca edad para que Alexander y Emma fueran  tan mayores . Era evidente que debía cuidarse mucho , al menos esa era la sensación que daba. Pensé que sería de esas maniáticas que se compraban todas las cremas de belleza a pesar de que luego solo utilizaran las que realmente les recomendaba su estilista.
Jasper dejó el periódico doblado sobre la mesa:
- Buenas tardes - nos dijo tendiéndonos a ambos la mano. Después se volvió hacia mí -Querida, esta es tu casa, deseo que pronto  seamos una verdadera familia.
La dama de más edad  se acercó a mí y me cogió la mano , mirándome fijamente sonrió y me dijo: - Bueno yo soy tu tía Henrietta , la hija mayor de Theodora.
-Asentí con la cabeza dándole a entender que me habían hablado de ella  
-Bien sobrina, es asombroso como te pareces a tu madre, has heredado su belleza , sin duda alguna . Ahora déjame que te presente al resto de la familia , él es Jasper y ella su esposa Francesca
En ese momento la aludida se levantó y mirándome de reojo se marchó sin decir una sola palabra. A la joven Emma la dio un repentino ataque de tos y pidiendo disculpas desapareció discretamente .
-Bueno , Emma y su madre tienen un carácter muy especial , poco a poco te irás acostumbrando a ellas al igual que ellas a ti .
-Eso espero - respondí , no muy segura de lo que Jasper afirmaba. Al rato se despidió ya que tenía una ineludible cita de trabajo dejándome a solas con tía Henrietta. No sabía porque pero a su lado me sentía tranquila , estaba segura que desde ahora y hasta el final estaría de mi parte pasara lo que pasara. Jasper me resultó agradable , pero intuía que su mujer ejercía una gran influencia en sus actos y decisiones. Decididamente me quedaba con Henrietta como aliada definitiva.
-Lamento que tu primo Alexander no haya podido estar aquí . Cuando no es necesaria su presencia en la empresa de su padre pasa grandes temporadas en Italia , debido a su afición por el arte. Es un chico muy sensible e inteligente. Creo que le gustará conocerte. Henrietta sonrió dulcemente. Se marchó  a la cocina a dar las órdenes pertinentes  sobre el almuerzo  , pues era evidente que tras el fallecimiento de su madre era ella quien se ocupaba de administrar y dirigir la casa. Me dejó con la promesa de enseñarme después todas las dependencias de la mansión . Antes de marcharse ordenó a una doncella que me acompañara a mi habitación. Cuando Henrietta desapareció quedó en la estancia un fresco y agradable olor a lavanda.

martes, 15 de octubre de 2013

Las azaleas del amor ,Capítulo II


Bueno lo prometido es deuda y aquí estoy una vez más para dejaros otro pedacito de mi primera novela y que podáis ir conociendo un poco más a sus personajes y que es lo que le deparara a Lori Anne , os agradezco la acogida que está teniendo y espero que os guste , un fuerte abrazo para todos los lectores de este blog, gracias por vuestra energía.

Capítulo 2

 La mañana amaneció soleada aunque las nubes no habían desaparecido totalmente. Me vestí con un traje de chaqueta azul pálido y me dirigí a las señas que figuraban en el sobre .
Me recibió una señorita rubia y agradable qué me preguntó lo que deseaba  -Quisiera hablar con el señor Devon  - ¿ Tiene usted cita ?  Preguntó de nuevo buscando en una agenda - No estrictamente - respondí - es sobre esta carta que recibí ayer .
- Oh ! Sí, el caso de los Lowenfeld , disculpe , haga el favor de esperarme un momento . Sírvase un café si le apetece....  
Diez minutos después salió un hombre de unos cincuenta años aproximadamente, su pelo peinaba ciertas canas aunque no resultaban excesivas en combinación con el resto de su cabello moreno .
Tenía un rostro agradable y bondadoso , pronto me tendió su mano y me hizo pasar a su despacho.
- Señorita Baker , creo  - Sí, exactamente. Verá, cuando leí esta carta me sorprendió enormemente. No entiendo nada .  ¿ Que tengo que ver con los Lowenfeld ? - Mi bella señorita , cálmese. Los señores Lowenfeld me han designado para que yo la ponga en antecedentes. Me imaginé que estaría poco menos que preocupada y esta tarde sin ir más lejos  yo mismo iba a ir a visitarla. Bien ya que está aquí póngase cómoda y dispóngase a escucharme. Pero antes ¿ quiere un café , un refresco , algo para comer , tal vez una copa ?-Pensé que seguramente un coñac me ayudaría a  calmar mis nervios , sin embargo cierto pudor hizo que no me atreviera a pedirlo- No gracias , por favor , vaya al grano -De acuerdo  - Dijo él , sentándose en su butaca y encendiendo una pipa - ¿ Le molesta ? - Preguntó - No , en absoluto - Pues , usted tiene ahora mismo veintitrés años ¿ no es así ?-  Sí es exacto ¿ Y bien ?
El señor Devon comenzó: “La señora Theodora Lowenfeld se casó con un primo suyo capitán de la guardia británica llamado Eugene Hamilton Lowenfeld . De esa relación nacieron tres hijos , bueno , más concretamente dos  niñas y un niño , Henrietta , Jasper y Teresa , la más pequeña. Henrietta era muy hermosa y a pesar de su madurez aún hoy lo sigue siendo. Tuvo muchos pretendientes , quizá demasiados - El señor Devon se acarició la barbilla y sonrió con una cierta tristeza , él se había incluido entre esos pretendientes    - Pero Henrietta tenía otros horizontes abiertos y decidió seguir un camino más piadoso. Se hizo religiosa. Theodora estaba encantada con esta decisión , pero ¿ Y Jasper y Teresa ? Jasper se dedicó a viajar y un día regresó a casa con una esposa , Francesca, que realmente no tenía el aspecto que la señora Lowenfeld había esperado que tuviera su nuera . Francesca tenía un genio muy fuerte lo que suponía que continuamente eran dos caracteres enfrentados. De ese matrimonio nacieron dos hijos , Alexander que aproximadamente debe tener dos años más que tú y Emma . Alexander siempre ha sido el niño consentido de su abuela, debido a su carácter afable y alegre tan distinto al de su madre. Emma sin embargo siempre ha sido una niña enclenque y enfermiza , muy mimada , eso sí , por sus padres y el resto de la familia , excepto por su abuela.  Bien por útimo debo hablarte de la pequeña de los Lowenfeld , Teresa. Fue una chica querida y admirada desde que nació hasta el final . Estudió en los mejores colegios de Europa , se codeó con los jóvenes herederos de familias rancias por su abolengo , conquistó todos los corazones posibles aunque casi de forma inconsciente , pues Teresa era amable , servicial , buena y por supuesto hermosa.
Un día Teresa salió de su casa corriendo y chocó con un joven llamado Arthur , que traía la cesta de los panes. Normalmente iba su padre a servir esta casa en especial, pero hoy estaba enfermo y no pudo hacerlo . Teresa le ayudó a recoger los panes, se miraron a los ojos y el amor surgió casi instantáneamente. Al principio empezaron a salir juntos a escondidas, pero Teresa pensó que no debían ocultarlo más, así que decidió contárselo a Theodora.
Pero el resultado no fue el esperado. La madre de Teresa se puso histérica y rugiendo como un león furioso cortó de raíz esas relaciones prohibiéndole a su hija continuar saliendo con un pobre y simple panadero. Teresa enfermó , perdió el apetito, le asaltaban grandes accesos de fiebre.
El médico creyó que su muerte era cercana  y mientras, ella en su delirio sólo llamaba a  su joven amor . Theodora asustada consultó con el padre Thomas , su confesor desde hacía más de veinte años, que podría hacer para salvar a su hija. El buen padre Thomas le aconsejó que lo que mejor podían hacer era dejar que el joven panadero se acercara al lecho de Teresa. Incluso arreglaron la boda en artículo mortis  que se llevó a cabo unos días después. Cuando todo se creía perdido , Teresa se recuperó milagrosamente. Poco a poco fue volviendo el color a sus mejillas pálidas cual dos azucenas y la sonrisa regresó a sus labios. Theodora entonces comprendió que no había nada que ella pudiera hacer en contra de este amor. Lo aceptó e incluso tomó cariño a su yerno que aunque de condición humilde demostró en varias ocasiones tener un espíritu tan noble como el mejor de los Lowenfield”.
- Sigo sin comprender que tengo yo que ver en todo esto - Dije , estaba arrepentida de no haber llamado a la agencia para decir que llegaría tarde pues preveía que la historia de los Lowenfeld podría alargarse bastante y mis compañeras  tal vez se preocuparan , ya que siempre que no podíamos ir a trabajar solíamos comunicárnoslo- Señorita Baker , ahora llega la parte que quizá sea más interesante para usted . Continuaré diciéndole que Francesca empezaba a sentir una envidia enfermiza al ver como ese matrimonio se ganaba su lugar en la familia , mientras ella cada día se enfrentaba en mayores ocasiones con su alma- mater. Cuando Theodora cumplió cincuenta y cinco años, Jasper le regaló a su madre una valiosa gargantilla de brillantes. Un día Francesca , aprovechando que se encontraba sola en casa con los sirvientes cogió la gargantilla y la escondió entre la ropa de Arthur , el marido de Teresa . Esto propició que Theodora colérica , le echara de su casa ¿ Cómo era posible que le devolviera tremendo mal solo habiendo recibido bienes de su parte ? ¿ Qué era lo que pretendía , tal vez enriquecerse a  su costa ?Eso si que no lo iba a permitir . Teresa buscaba explicaciones , pedía a su madre un margen de confianza, pero ella , implacable no solo no se hecho atrás , sino que además le dijo que si no estaba de acuerdo con su decisión ella misma podía marcharse con el ladrón de su marido , pero eso sí , para no volver.
Teresa y Arthur se fueron en busca de una nueva vida más humilde , pero a la vez más agradecida. Así pasaron dos años. Teresa dio a luz a una hermosa niña que les iluminó sus vidas. Ella deseaba compartir esa dicha con su madre y se lo dijo a Arthur. Como ambos eran afectuosos no sabían guardar rencor, se pusieron en camino, con tan mala fortuna que se les cruzó un camión en la carretera y ambos murieron . Tan sólo logró sobrevivir el bebé . Theodora, al enterarse de la noticia se sintió morir y de nuevo un acceso de cólera la hizo ser injusta y consideró culpable del accidente a la pobre criatura por lo que prefirió no tener contacto con ella y encomendó su cuidado a un colegio a cambio de pagos mensuales y algún que otro detalle a la escuela que acogió  a la pequeña.
Bien el marido de Teresa se llamaba Arthur Baker y aquella pequeña que sobrevivió a sus padres no es otra que usted mi querida Lori Anne Baker Lowenfeld.   -¿ Cómo ? - Dije yo sobresaltada. Un frío intenso recorrió toda mi espalda y me sentí desfallecer. El abogado me trajo un vaso de agua. Respiré profundamente. De pronto perdí la noción del tiempo. Pensé que todo aquello lo estaba soñando. Sentía como las lágrimas corrían por mi rostro hasta que una nube oscura me envolvió por completo . Cuando abrí los ojos me encontraba en mi cama. En mi piso , que pronto dejaría de serlo. Tenía en mi mente lejanos recuerdos que creía perdidos para siempre, veía el colegio con sus monjas , tan distintas , unas dulces y amistosas y otras estiradas y hasta crueles . Me acordaba de aquel ser misterioso que me traía vestidos bonitos y muñecas , pero que jamás me hablaba y solo pasaba a mi cuarto a verme si me creía dormida . Era un hombre , o una mujer , lo veía borroso , como un espejo que se rompe en mil pedazos. Me dolía la cabeza. Al recuperar la consciencia quien estaba al lado de mi lecho era Valerie , que me ponía paños fríos en la frente.
- No se si debo llamarte excelencia - bromeó - Por cierto tu abogado me llamó cuando te desmayaste en su despacho. Supongo que encontraría mi teléfono entre tus cosas, bueno , me dijo que esta tarde vendría a terminar de contarte toda esta historia que a mi me parece realmente increíble , pero en fin , solo espero que a pesar de que ahora eres toda una Lowenfeld no dejemos de ser amigas , aunque estoy segura que lo que sí no van a faltar a tu alrededor serán amigos muy interesantes ...
 
 
 
 

martes, 8 de octubre de 2013

Sueños de escritora


Aquí estamos un día más, adentrándonos en un otoño incierto precedido en mi caso de un terremoto de emociones y sucesos que me han hecho replantearme muchas cosas , he derramado alguna lágrima ,pero también he aprendido que lo malo no es tan malo, ni lo bueno tan bueno, y que en la vida probablemente todo pasa por alguna razón. Creo que también estoy creciendo más como persona y ahora que empiezo a estar mejor y a enfocar las cosas desde otras perspectivas, empezando a tener un poquito de energía para hacer nuevas cosas, sonriendo y cumpliendo promesas, me gustaría volcarme en este , mi humilde blog y regalaros a todos los que estáis ahí “las azaleas del amor” por entregas Es una historia muy especial, una novela que escribí hace mucho tiempo y a la que tengo un gran cariño porque fue la primera gran aventura de esta aprendiz a escritora . Fue presentada en un concurso de novela romántica y hoy la retomo para que todos vosotros podáis disfrutarla. Sin más preámbulo ahí os dejo un pedacito y seguiré publicando cada día un pequeño fragmento para que podáis degustarla y si en algún momento queréis comentar o incluso criticarla aceptaré todas vuestras críticas para intentar mejorar, ya que en esta vida siempre he creído que todo es mejorable. Buenas noches y espero que os guste.

Daros las gracias por leerme y apoyarme. Me hacéis más fuerte. Os quiero y lo sabéis.


 

"Las azaleas del amor"


Allí estaba , como cada día , esbelta , erguida , enhiesta, aquella construcción majestuosa , fuerte, con aspecto de castillo y apariencia de fortaleza medieval, que hacía suponer que en su interior  se habían llevado a cabo intensas historias de grandes hombres y mujeres. Altas verjas prohibían el acceso a  su interior. Su puerta era de madera robusta , tan solo decorada por una inicial gótica , la L de Lowenfeld , sus propietarios  desde hacía dos siglos al menos .
Frondosas enredaderas de hiedra ascendían en una carrera incansable por las torres que rodeaban la mansión .
Aquella casa siempre me había inspirado una sensación insólita , mezcla de temor y respeto y un extraño sentimiento que me decía que yo pertenecía allí . Esa fascinación que me atraía hacia este lugar , en los últimos meses se había acentuado intensamente , pues mi lugar de trabajo no quedaba lejos de allí y debía de pasar al menos dos veces al día por delante de este lugar mágico que ejercía tan tremenda atracción sobre mi espíritu sensible .
 


- Despierta Lori , quisiera saber en qué estás pensando , la expresión de tu cara me decía que no estabas aquí .     
Quién así hablaba era Valerie , mi mejor amiga desde el instituto . Ahora trabajábamos juntas en la oficina de turismo que estaba detrás de la mansión Lowenfeld.
- Es esta casa, ya sabes que siempre me ha impresionado
-  Y a quien no - dijo ella- No sabes lo que yo daría por tener una casa como esta, estoy segura de que así tendría más suerte con los chicos.
Sonreí , Valerie siempre había sido muy enamoradiza pero normalmente se enamoraba del hombre equivocado , pese a todo ambas aún esperábamos que apareciera algún día el tan soñado príncipe azul .
En la agencia de turismo Yasmín y Pamela andaban atareadas contestando al teléfono. Las cuatro juntas formábamos un equipo inseparable desde hacía varios años . Pamela era la única del grupo que tenía una relación estable. Se había casado con  Peter ,  un joven soñador al que había conocido en un taller mecánico. Vivían en una casita de campo , lejos de la ciudad , en la que pese a su aspecto humilde y sencillo se respiraba un agradable aroma de felicidad , paz y armonía. Pamela y Peter pronto tendrían un bebé , el cual sería muy afortunado, pues ya antes de nacer tenía a tres madrinas encantadoras que se desvivían por comprar toda la ropa y accesorios para niño pequeño , que existían en el mercado para que estuviera equipado durante toda su primera infancia .
 
Yasmín había trabajado anteriormente como cajera de unos grandes almacenes , también había sido modelo de maquillaje, además poseía una carrera universitaria que en realidad no la convencía demasiado . Ella todavía no tenía nada claro lo que quería hacer en su vida aunque en cierta medida envidiaba a Pamela , no la importaría encontrar a un hombre dulce y hogareño con quien compartir el resto de su vida . Pero aún no había hallado a ese chico perfecto con el que formalizar un hogar estable. Ahora salía con un joven motorista que tenía aspecto de duro,  con su larga cabellera y aretes enormes en ambas orejas. Trabajaba como Barman en algunos bares de carretera. Pero Yasmín necesitaba otro tipo de vida y ella era consciente de ello , por tanto no cerraba las puertas a encontrar a ese hombre sencillo que le ofreciera esa seguridad que ella andaba buscando .
Por mi parte yo había estado enamorada algunas veces pero esas historias jamás habían llegado a buen puerto. Por esa razón ,junto con Valerie, aún esperábamos a un amor idealizado que sería la luz de nuestras vidas.
Cuando llegué a mi casa lo primero que hice como cada día fue mirar la correspondencia que el cartero metía por debajo de la puerta  y para variar no había nada nuevo : propaganda  de academias que te enseñaban a hablar varios idiomas correctamente, otras de informática , catálogos de los supermercados más cercanos y  poco más . Opté por arrugarlo todo en una gran bola de papel y tirarlo a la basura.

Me puse unos pantalones gastados de gimnasia y un jersey gris de lana . Había sido un duro día de trabajo , además hacía frío . Era uno de esos días tontos en los que me embargaba la melancolía y realmente no tenía ganas de cocinar, así que me hice un sandwich . Cuando me dispuse a comérmelo descubrí que se me había pasado por alto una carta que asomaba por debajo de la puerta. La recogí y la miré sorprendida, pues no me parecía afín con el correo anterior. Estaba sellada y lacrada. El sobre tenía la letra dorada de los Lowenfeld. Tal vez era una equivocación, volví a  leer el nombre del destinatario pero no había confusión alguna, mi nombre completo estaba ahí escrito : Lori Anne Baker .
Dudé durante unos minutos , pensando si primero debía abrir la carta o comerme mi sandwich. Finalmente ,me decidí por lo segundo aunque los nervios apenas me dejaban tragar cada bocado. Miré el sobre varias veces antes de abrirlo. Era una misiva escrita por un abogado , el señor Alfred Devon . En ella me comunicaba que en un plazo de quince días debía dejar mi casa y mudarme ni más ni menos que a la mansión Lowenfeld  . ¿ Por qué ?, me preguntaba a mí misma una y otra vez. Tal vez Valerie decidió gastarme una broma  aprovechándose de la influencia que esa casa ejercía sobre mí. La llamaría  y ella me lo aclararía todo. Pero , seguramente si había sido ella estaría esperando que la llamara. No , no lo haría  , no la daría ese gusto ,  de ninguna manera permitiría que se riera de mí de aquella forma . 
Al día siguiente pasaría por la dirección de dicho abogado y él me pondría al corriente de tal situación . Así me quedé dormida pensando en ello.