miércoles, 25 de diciembre de 2013

Las azaleas del amor IX


Queridos lectores, espero que estéis disfrutando de una Feliz Navidad, en compañía de vuestros seres queridos. Son días de emoción para vivenciarlos rodeados de los nuestros y también añoramos a quiénes ya no están con nosotros y por tanto siempre se nos remueven las emociones. Aún así espero que por algún momento todos hayamos recuperado la ilusión de  cuando éramos niños y no no nos dejemos llevar por la vena consumista que es lo de menos, lo mejor es es decir cuanto quieres a esa persona que hace mucho que no la ves, comerte a besos a tu madre y en definitiva como siempre digo dejar que el corazón nos lleve. Si tenéis vacaciones disfrutarlas a tope sino como servidora pensar que ya vendrán tiempos mejores. Deseandoos como siempre lo mejor os entrego mi nuevo capítulo de las azaleas. Un abrazo enorme.

capítulo 9

Albert se marchó dejándome acurrucada en el suelo, llorando con amargura , desconsoladamente. Entre en mi cuarto y me tiré sobre la cama. Pasé toda la noche derramando lágrimas sin cesar , hipando y sollozando  y aunque la cabeza me estallaba no pude conciliar el sueño . Estaba pensando qué era lo que me estaba ocurriendo . Albert y yo siempre nos habíamos llevado mal , pero esta noche me había humillado vilmente. Deseaba con todas mis fuerzas que pagara por lo que había hecho , pero él tenía razón al asegurar que no me sería tan fácil deshacerme de sus servicios. Recapacitaba sobre lo que debía hacer. No podía soportar la idea de volver a verle como cada día acosándome a cada momento , después de lo de esta noche. Imaginé como se divertiría Emma si se enteraba de como su amor me había despreciado , y estaba segura de que se enteraría. Albert correría a contárselo . Recordé mi vida anterior . Era más feliz en mi pequeño apartamento rodeada de mis amigas . Decidí que muy temprano para que nadie se diera cuenta abandonaría  esta casa. Cuando por fin conseguí dormirme tuve una terrible pesadilla .

Oía voces  que me llamaban cobarde , la mano pálida de todos mis sueños atenazándome el brazo y poniéndome la sortija de la familia Lowenfeld que se me había legado en el testamento de Theodora y que sin embargo no había aparecido entre sus pertenencias.  El sol entró pronto por mis grandes ventanales. Suspiré , mi decisión estaba tomada y no daría marcha atrás. Hice mi maleta muy deprisa , sin apenas doblar la ropa y me dispuse a escribir una carta para Henrietta pidiéndola perdón por abandonarla , sin explicarla nada más. Lo que menos me podía esperar fue lo que sucedió a continuación . El mismo Albert penetró en mi habitación .Parecía mucho más dócil que ayer, observó mi maleta y una sonrisa se perfiló en sus labios . Se regocijaba interiormente del efecto que había producido en mí su dureza. Sin embargo se acercó a mí y en voz baja empezó a hablar .

Francesca me acaba de comentar que Emma está mucho mejor. Supongo que te alegrará saberlo 

Ajá - Asentí sin atreverme a mirarle a los ojos 

Lori , estoy aquí por una simple y única razón  -Me dijo mientras me cogía de la barbilla suavemente obligándome a mirarle sus ojos verdosos que brillaban apasionadamente , era la primera vez que me llamaba por mi nombre, pensé que volvería a besarme  y me retiré de él bruscamente. Albert sonrió maliciosamente adivinando mis pensamientos

 - No quiero que te asustes de mí , solo deseo que olvides lo que ha  pasado entre nosotros. Anoche estaba fuera de mí , y me comporté como una bestia . Te prometo que si así lo deseas no me volveré a acercar a ti bajo ningún concepto . Aunque yo preferiría que me pidieras que fuéramos amigos , pero eso lo dejo en tus manos . - Reparó más fijamente en mi maleta y en los armarios y cajones totalmente vacíos , entonces dulcificado su voz y su gesto y alejándose hacia la puerta susurró - Por favor , no te marches por mi culpa , he sido un necio , pero lo siento con toda mi alma.

Albert desapareció de mi cuarto . Ignoraba como había podido entrar en mi habitación sin ser visto y salir así , de la misma manera . Este chico había logrado desconcertarme . Cada vez que aparecía  y me hablaba volvía mi alma del revés. Hoy me había demostrado que podía ser humilde y era capaz de reconocer sus errores . Pero podía volver a convertirse en bestia , como él mismo había dicho. La noche anterior Albert admitió que me odiaba y por muchos motivos ...      

Decidí darme otra oportunidad y deshice mi maleta. No me acercaría ni a Emma ni a   Albert ,que hicieran y dijeran lo que quisieran . A distancia no me podían hacer ningún daño .

Bajé a desayunar , pero me había olvidado de maquillarme y los ojos hinchados destacaban  bastante en la pálida cara. Inventé que no me encontraba demasiado bien , seguramente comería algo pasado de fecha . Nadie creyó una palabra pero fueron muy discretos al respecto , cosa que yo agradecí .

Querida - Dijo tía Henrietta - hoy es un día feliz para nosotros , hemos recibido una carta de mi niño Alexander en la que nos comunica que pronto vendrá  seguramente para quedarse , si no para siempre al menos si por una larga temporada.

Sonreí pensando que tal vez Alexander conseguiría animarme y mantener a Albert a distancia . Emma seguía acostada y  a media tarde pidió que me avisaran .  Deseaba hablar conmigo .

Al principio pensé que no subiría , yo no estaba a las órdenes de esa chiquilla insolente , por mucho que ella así lo pensara.  Me convencí a mi misma que ni siquiera Albert podría volver a atemorizarme , si así sucedía lo pondría en conocimiento de Henrietta y Jasper , estaba segura de que me harían caso a mí y no a Emma. Llamé con los nudillos.

Adelante - Cuando entré me sonrió y señaló su cama invitándome a sentarme a su lado. - Querida, siento haberte tratado ayer como a  una simple desconocida. - Confío en tu bondad y espero que podrás perdonarme . Todo tiene una explicación . Estoy enamorada  con toda mi alma de Albert. Yo no se si él también me ama , aunque a veces así lo parece . Antes de que tu llegaras , sabía que mi madre jamás permitiría este noviazgo . Pero tu podrías convencerla que nos dejara salir juntos. Por favor , mi madre está tan cambiada

 Bueno ,yo no puedo prometerte nada - dije sorprendida , estaba segura de lo que Emma me acaba de confesar como también de que Albert jugaba con ella . No podía comprometerme a nada. Sin embargo la dije que lo pensaría. Hablaría con su madre sobre el tema , pero eso sí ,sin agobiarla demasiado .

Por la noche, en el jardín, Henrietta me preguntó que qué era lo que me ocurría , pues me veía taciturna y seria  como jamás me había visto. Por un  momento dudé en sincerarme con ella , pero finalmente preferí guardar el secreto . Albert en todo el día se había acercado a mí . Quería esperar y ver si realmente me dejaba en paz antes de propiciar que le despidieran de su trabajo . Pensé en su pobre madre
enferma y en Meg  a quien desearía conocer.

Subí a acostarme , esperaba pasar mejor noche que la anterior  , me

puse un camisón fino de gasa y me introduje en la cama . Cuando iba

a apagar la luz , el rubor encendió mis mejillas, pues sobre la

mesilla descubrí un par de azaleas blancas , sobre una nota que

decía solamente  “ Gracias “ . Mis labios empezaron a  arder

mientras recordaba su beso y me quede dormida como una niña .

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