domingo, 3 de agosto de 2014

Las azaleas del amor XXVII

Queridos amigos y que mejor manera de terminar un domingo que leer acostados en una hamaca, sobre nuestra cama o en la arena de la playa esperando que los últimos rayos de sol se oculten para dar lugar a una romántica velada para todos los que aún andáis de vacaciones y los que mañana empiezan nueva semana de trabajo un fuerte abrazo.Que la vida os sonría hoy y siempre.
 
Capítulo 28
 
Alexander susurró algo al oído a Francesca que se acercó a mí y tras darme dos besos , me dijo hipócritamente                     
-  Déjame llamarte hija , querida. Me has hecho la mujer más feliz del mundo aceptando a mi hijo como futuro esposo.
-   Eso sí no lo dudaba
-  ¿ Me dejas que anuncie tan buena noticia o preferís hacerlo vosotros mismos ?
Miré a Emma que parecía hipnotizada caminando del brazo de Owen que iba de invitado en invitado recibiendo felicitaciones
-Francesca te cedemos tal honor. Alexander y yo no queremos acaparar toda la atención. No hay que olvidar que hoy Emma es la gran protagonista - Dije intentando sonar convincente
-Gracias , querida - dijo ella, irguiéndose con orgullo.

Alexander me miró sonriendo y cogiéndome por la cintura me llevó al centro del salón donde todos bailaban un conocido vals que entonaba una gran orquesta que Francesca había contratado con la intención de que esta fiesta resultara fastuosa .
Mi prometido sabía llevarme sin duda, pues me sentía flotar como si apenas tocara el suelo. Sin embargo estaba segura de que hubiera resultado infinitamente mejor si mi pareja en estos momentos hubiera sido otra. No obstante los invitados no apreciaban que entre nosotros no existía ninguna química y ya empezaban a hacer planes sobre nuestro futuro, especulando sin mostrar el más mínimo pudor .
Mientras girábamos al son de la música pude advertir que Adrianne se acercaba hacia el núcleo dónde nos encontrábamos. Tenía un aspecto más sofisticado y menos llamativo que la primera vez que la vi . Llevaba un vestido largo de raso negro. Como único aderezo sólo lucía un sencillo collar de perlas que resaltaban la esbeltez de su cuello. En la cara apenas  usaba unos toques discretos de maquillaje. Posiblemente su intención era conquistar a Alexander de otro modo, utilizando un nuevo elemento , la sutileza. 
-  ¿ Me prestas a tú pareja ? - Me dijo , elocuente.
La miré . De repente me sorprendí a mi misma al descubrir que Adrianne en estos momentos me inspiraba simpatía. Teníamos algo en común . Ella amaba a alguien que jamás podría corresponderla en la medida que ella lo necesitaba. Pensando en ello , no pude negarme a dejarle a mi pareja momentáneamente, quizás también empujada por un cierto egoísmo que me inspiraba que si bien Alexander jamás podría ser mi hombre tampoco lo sería de ella.
Me senté junto a Henrietta que tarareaba la pieza que la orquesta tocaba en este momento. Observé divertida como movía sus pies rítmicamente , primero hacia un lado y después hacia el otro.
- Adoro la música de Strauss , querida, ¿ Qué puedo hacer ?- Sonreí .
- Únicamente disfrutar de la velada todo cuanto puedas
-Ciertamente es un sabio consejo, pero dime ¿ Dónde has dejado a tu jardinero ?
-Ahora prefiero no hablar de ello. Sólo puedo decirte que he conseguido que Alexander no regrese a Italia.
-¿ De veras? No puedo creerlo , ¿pero cómo? Acaso esa muchacha con la que ahora baila , Adrianne, ¿ no es cierto ?
- Sí ,es Adrianne Milton, pero no , no es por ella.
- Oh¡ Lori Anne creo que finalmente me volveréis loca entre todos, pero si realmente has conseguido que se quede, bendita seas. - Me besó en la frente.
Sí , Alex no volvería a Italia , pero ¿ a qué precio ? Sin embargo me sentía tan dolida que no deseaba volverme atrás. Me casaría con él  sólo por herir a Albert. Además yo misma sería quién le diera la noticia. Ansiaba ver qué cara pondría cuando le anunciara lo que él había temido. Sabía que los dos íbamos a sufrir, pero él lo merecía.
Un mayordomo me sacó de mis pensamientos cuando vino a decir que la cena estaba servida. Pasamos al salón. Los comensales se sentarían de la forma dispuestas según el protocolo. Antes de lo postres Francesca pidió un poco de atención
-Mis queridos invitados - dijo - primeramente desearía agradeceros a todos vuestra asistencia. Como sabéis , hoy es un día realmente especial para mí, ya que he entregado a mi pequeña flor de invernadero al joven Owen, sin embargo eso no es todo. Debo anunciaros a todos los presentes que otra grata noticia ilumina hoy mi corazón -(Tanta cursilería empezaba a ponerme enferma).- Mi hijo Alexander me ha anunciado esta noche otra buena nueva, de la que también quiero hacerles partícipes a todos ustedes. Se trata de su próxima unión matrimonial con mi sobrina Lori Anne
 Esbocé una sonrisa forzada. Emma me miró sombríamente, pensé que la idea de tenerme como hermana política no la ilusionaba demasiado. Pero pronto la frialdad de su rostro desapareció dando paso a un brillo especial que se quedó prendido en sus ojos
-Muchas felicidades - dijo levantando su copa. Así empezaron a darnos la enhorabuena todos los invitados de una forma tan sucesiva como agobiante. La fiesta terminó a altas horas de la madrugada.
 

 

 

 

 

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