sábado, 2 de agosto de 2014

Las azaleas del amor XXV


Hola mes de Agosto , el verano va avanzando contando día a día la historia de nuestras vidas, algunos ya hemos agotado  las vacaciones otros seguís disfrutando de  los rayos del sol y de las maravillosas olas tan bellas y peligrosas a la vez quizá como algunas personas que nos rodean , nos fascinan y nos ahogan si nos dejamos hipnotizar por ellas, hay que prestar atención a las banderas rojas o estamos seriamente perdidos. Y no hay salvavidas ni flotador posible cuando uno se deja arrastrar sin remedio. Seguir disfrutando del verano y de algún que otro tiburón de playa que a veces tampoco viene mal, un beso enorme y aquí os dejo otro retazo de las azaleas del amor.

Capítulo XXV

Albert salió precipitadamente de la habitación sin percatarse de la sonrisa malvada que cubrió en ese momento el rostro de Francesca.

Así llegó tan esperado momento. Alexander estaba muy raro, había empezado a beber Whisky desde primeras horas de la mañana. En la casa había una gran actividad neurálgica. Yo pensaba que realmente no me importaba demasiado lo que allí aconteciera y mientras la fiesta durara dentro , yo disfrutaría de la compañía de Albert en cualquier otro lugar, más me equivocaba , pero yo aún no lo sabía.

Al aproximarse la hora del compromiso, ya todo estaba preparado incluidos los centros de flores que predominaban por toda la mansión. No obstante no había coincido con Albert durante toda la mañana, pero no me importaba porque nos esperaríamos en el jardín como habíamos quedado el día anterior antes de que Francesca le llamara.

 

Enseguida empezó a llenarse el hall de gente importante que traía puestas sus mejores galas. Entre los asistentes pude descubrir a Adrianne , que buscaba con su mirada a Alexander, pero no le iba a encontrar, ya que minutos antes de empezar la fiesta se había encerrado en la biblioteca.

Subí a felicitar a Emma. Realmente estaba preciosa. Llevaba un vestido de seda de color rosa pálido y unos zapatos bajos , a juego, y el pelo recogido en una larga trenza. Estaba tan radiante que hasta su palidez pasaba desapercibida. Hoy era la gran protagonista y esto la hacía tremendamente feliz.

Fui a mi cuarto para terminar de arreglarme. Llamaron a mi puerta. El mundo se me cayó a los pies. Frente a mí se hallaba tía Henrietta con los ojos arrasados en lágrimas debido a una nota que debía entregarme. En ella, Albert me comunicaba que no me esperaría en el jardín ni hoy, ni nunca más. El motivo era bien conocido por mí. Con esa nota me entregaba su último y eterno adiós. Bajé corriendo al jardín. No entendía nada ¿ A que motivo se refería ?  

-          ¡Albert ! ¡Albert ! - Empecé a llamarle a gritos , pero no aparecía por ningún lado. Me alejé corriendo de la casa. Una sombra me sorprendió

-          Owen, pensaba que ya estarías en la fiesta.

-          Bueno , prefería hacerme de rogar, no creo que a Emma le importe demasiado. Además mira que suerte he tenido, ni más ni menos que viene a mi encuentro la mismísima Lori Anne Baker Lowenfeld - me dijo desnudándome con su mirada. De repente la idea de encontrarme a solas con Owen Dawson lejos de la mansión me hizo sentirme aterrada. Intenté disimularlo con mi orgullo e irguiéndome le respondí secamente

-          No es a ti a quien busco, así que deja tus ironías a un lado.

-          Bueno , pero ya que estamos aquí los dos solos no me negarás que podíamos pasar un buen rato - dijo poniéndome una de sus hoscas manos sobre mi hombro.

-          Deja de hacer el estúpido y suéltame. Ya te dije que busco a una persona que debe estar por aquí y ¿ no te gustaría que te partieran la cara el día de tu fiesta de compromiso , verdad ?

-          Vaya, admito tu valentía , pero si lo dices por Alexander creo que estás equivocada, si crees que es un héroe. Es un pobre niño tonto que no sabe pelear y la paliza seguramente se la daría yo. Ese si sería un escándalo que no te convendría - Dijo entonces atrayéndome hacia él  e intentando besarme. A duras penas logré morderle y separarme de él.

-          No hablo de Alexander, sino de Albert, y si se entera de lo que has intentado hacer , no te librarás de sentir sus puños en tu estómago- Dije echando chispas por los ojos.

-          Vaya, vaya, pequeña  . Me tenías engañado ¿ Sabes ? Así que ¿Estás liada con tu jardinero ? Ahora lo recuerdo. Tu tía Francesca me informó de ello. ¿Sabes una cosa ? Antes de conocerte me decían que tu parecido con tu madre era realmente sorprendente y ahora me doy cuenta de que es cierto. Ella con el panadero, tú con el jardinero ¿realmente os va ese rollo de la clase baja ? Que simple has resultado, Lori Anne 

Aquello no lo soporté . Empecé a arañarle la cara , pero él tenía más fuerza y me acorraló en el suelo mientras reía como un loco

-          Owen te arrepentirás , si lo haces - dije yo , intentando agotar mis últimos recursos.

-          Owen tu fiesta era en otro lugar ¿verdad ?

La voz de Albert me sonó a música celestial. Levantó a Owen del suelo y empezó a pegarle sin contemplaciones .Owen fue hacia la mansión con la camisa hecha jirones y la nariz sangrando.

-          Albert, mi amor – Corrí a sus brazos

-           No, no puedo - dijo él alejándose

-          ¿ Qué dices ? - Pregunté sorprendida 

-          Lo nuestro ya no es posible. Tú y Alexander os vais a casar y él no se merece que tú ...

-          Pero ¿ Cómo que nos vamos a casar ? ¿ Quién te ha dicho esa locura ?

-          Francesca , es más, me aseguró que tú lo ibas a negar todo. Hoy lo anunciarán en la fiesta.

-          ¿Es que no te das cuenta ? Ella me odia desde el primer momento en que llegué.  Albert , tú no puedes creerlo . ¿ Verdad ? ¿ Verdad ?- dije histérica zarandeándole.

-          Tú no lo entiendes. Puede que realmente no lo crea . No es cuestión de creerlo o no. Esto me ha hecho pensar y yo realmente no estoy preparado para ser tu  esposo.

-          ¿ Por que no ? ¿Qué te ha ocurrido ?Yo te amo más que nada en el mundo. Jamás he tenido nada con Alexander. Ni siquiera me entregué a él. Tú lo sabes bien. Por Dios , no puedes hacerme esto. No me falles ahora- Lloraba de lástima y de rabia . No era justo , todo lo que habíamos pasado y para nada.

-          No , por favor, no te pongas así. La gente no aceptaría que tú , una Lowenfeld se casara con alguien como yo, sin fortuna , sin nombre.

-           No me importa , podemos empezar juntos donde tú lo desees. Yo he trabajado. No me da miedo y tú lo sabes . Te quiero , te quiero - repetía mientras le besaba el rostro

-          No tengo nada que ofrecerte . No es justo para ti. Todo esto te pertenece y yo no soy quién para arrebatártelo

-          ¿ Pero cómo se te ocurre pensar eso ? Nosotros ya lo habíamos hablado.

-           No puedo, no quiero arruinarte la vida. Siento que ahora debo alejarme de ti. –

-          Pero Albert ... - Derrotada , caí de rodillas sobre el césped y sacando el último valor que me quedaba en mi interior acerté a contestarle - Bien , si me dejas ahora me habrás perdido para siempre

-          Estoy seguro de ello - dijo Albert alejándose de mí, dejándome en ese estado tan lamentable .

Desde allí se oía el barullo que había dentro de la mansión. La fiesta debía estar animada. Me di unos cuantos minutos para calmarme. Me limpié las lágrimas y me sacudí el vestido y tras retocarme el maquillaje me dirigí hacia allí.

Entré con bastante dignidad. Me di cuenta que Francesca me dirigía una mirada interrogante. Pronto sonrió, su plan había triunfado. Owen me dedicó una cruel y sucia sonrisa. Pensaba que pretexto habría inventado para disculpar tan deplorable aspecto. Dándole la espalda penetré en la biblioteca donde Alexander continuaba bebiendo. Cerré la puerta con llave.

 

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