Hola mes de Agosto , el verano va avanzando contando día a día la
historia de nuestras vidas, algunos ya hemos agotado las vacaciones otros seguís disfrutando de los rayos del sol y de las maravillosas olas
tan bellas y peligrosas a la vez quizá como algunas personas que nos rodean ,
nos fascinan y nos ahogan si nos dejamos hipnotizar por ellas, hay que prestar
atención a las banderas rojas o estamos seriamente perdidos. Y no hay salvavidas
ni flotador posible cuando uno se deja arrastrar sin remedio. Seguir
disfrutando del verano y de algún que otro tiburón de playa que a veces tampoco
viene mal, un beso enorme y aquí os dejo otro retazo de las azaleas del amor.
Capítulo XXV
Albert salió precipitadamente de la habitación sin percatarse de la
sonrisa malvada que cubrió en ese momento el rostro de Francesca.
Así llegó tan esperado momento. Alexander estaba muy raro, había empezado
a beber Whisky desde primeras horas de la mañana. En la casa había una gran
actividad neurálgica. Yo pensaba que realmente no me importaba demasiado lo que
allí aconteciera y mientras la fiesta durara dentro , yo disfrutaría de la
compañía de Albert en cualquier otro lugar, más me equivocaba , pero yo aún no
lo sabía.
Al aproximarse la hora del compromiso, ya todo estaba preparado incluidos
los centros de flores que predominaban por toda la mansión. No obstante no
había coincido con Albert durante toda la mañana, pero no me importaba porque
nos esperaríamos en el jardín como habíamos quedado el día anterior antes de que
Francesca le llamara.
Enseguida empezó a llenarse el hall de gente importante que traía puestas
sus mejores galas. Entre los asistentes pude descubrir a Adrianne , que buscaba
con su mirada a Alexander, pero no le iba a encontrar, ya que minutos antes de
empezar la fiesta se había encerrado en la biblioteca.
Subí a felicitar a Emma. Realmente estaba preciosa. Llevaba un vestido de
seda de color rosa pálido y unos zapatos bajos , a juego, y el pelo recogido en
una larga trenza. Estaba tan radiante que hasta su palidez pasaba
desapercibida. Hoy era la gran protagonista y esto la hacía tremendamente
feliz.
Fui a mi cuarto para terminar de arreglarme. Llamaron a mi puerta. El
mundo se me cayó a los pies. Frente a mí se hallaba tía Henrietta con los ojos
arrasados en lágrimas debido a una nota que debía entregarme. En ella, Albert
me comunicaba que no me esperaría en el jardín ni hoy, ni nunca más. El motivo
era bien conocido por mí. Con esa nota me entregaba su último y eterno adiós.
Bajé corriendo al jardín. No entendía nada ¿ A que motivo se
refería ?
-
¡Albert ! ¡Albert ! -
Empecé a llamarle a gritos , pero no aparecía por ningún lado. Me alejé
corriendo de la casa. Una sombra me sorprendió
-
Owen, pensaba que ya estarías en la
fiesta.
-
Bueno , prefería hacerme de rogar,
no creo que a Emma le importe demasiado. Además mira que suerte he tenido, ni
más ni menos que viene a mi encuentro la mismísima Lori Anne Baker Lowenfeld -
me dijo desnudándome con su mirada. De repente la idea de encontrarme a solas
con Owen Dawson lejos de la mansión me hizo sentirme aterrada. Intenté
disimularlo con mi orgullo e irguiéndome le respondí secamente
-
No es a ti a quien busco, así que
deja tus ironías a un lado.
-
Bueno , pero ya que estamos aquí
los dos solos no me negarás que podíamos pasar un buen rato - dijo poniéndome
una de sus hoscas manos sobre mi hombro.
-
Deja de hacer el estúpido y
suéltame. Ya te dije que busco a una persona que debe estar por aquí y ¿ no te
gustaría que te partieran la cara el día de tu fiesta de compromiso ,
verdad ?
-
Vaya, admito tu valentía , pero si
lo dices por Alexander creo que estás equivocada, si crees que es un héroe. Es
un pobre niño tonto que no sabe pelear y la paliza seguramente se la daría yo.
Ese si sería un escándalo que no te convendría - Dijo entonces atrayéndome
hacia él e intentando besarme. A duras
penas logré morderle y separarme de él.
-
No hablo de Alexander, sino de
Albert, y si se entera de lo que has intentado hacer , no te librarás de sentir
sus puños en tu estómago- Dije echando chispas por los ojos.
-
Vaya, vaya, pequeña . Me tenías engañado ¿ Sabes ? Así que
¿Estás liada con tu jardinero ? Ahora lo recuerdo. Tu tía Francesca me
informó de ello. ¿Sabes una cosa ? Antes de conocerte me decían que tu
parecido con tu madre era realmente sorprendente y ahora me doy cuenta de que
es cierto. Ella con el panadero, tú con el jardinero ¿realmente os va ese rollo
de la clase baja ? Que simple has resultado, Lori Anne
Aquello no lo soporté . Empecé a arañarle la cara , pero él tenía más
fuerza y me acorraló en el suelo mientras reía como un loco
-
Owen te arrepentirás , si lo haces
- dije yo , intentando agotar mis últimos recursos.
-
Owen tu fiesta era en otro lugar
¿verdad ?
La voz de Albert me sonó a música celestial. Levantó a Owen del suelo y
empezó a pegarle sin contemplaciones .Owen fue hacia la mansión con la camisa
hecha jirones y la nariz sangrando.
-
Albert, mi amor – Corrí a sus
brazos
-
No, no puedo - dijo él alejándose
-
¿ Qué dices ? - Pregunté
sorprendida
-
Lo nuestro ya no es posible. Tú y
Alexander os vais a casar y él no se merece que tú ...
-
Pero ¿ Cómo que nos vamos a
casar ? ¿ Quién te ha dicho esa locura ?
-
Francesca , es más, me aseguró que
tú lo ibas a negar todo. Hoy lo anunciarán en la fiesta.
-
¿Es que no te das cuenta ?
Ella me odia desde el primer momento en que llegué. Albert , tú no puedes creerlo . ¿
Verdad ? ¿ Verdad ?- dije histérica zarandeándole.
-
Tú no lo entiendes. Puede que
realmente no lo crea . No es cuestión de creerlo o no. Esto me ha hecho pensar
y yo realmente no estoy preparado para ser tu
esposo.
-
¿ Por que no ? ¿Qué te ha
ocurrido ?Yo te amo más que nada en el mundo. Jamás he tenido nada con
Alexander. Ni siquiera me entregué a él. Tú lo sabes bien. Por Dios , no puedes
hacerme esto. No me falles ahora- Lloraba de lástima y de rabia . No era justo
, todo lo que habíamos pasado y para nada.
-
No , por favor, no te pongas así.
La gente no aceptaría que tú , una Lowenfeld se casara con alguien como yo, sin
fortuna , sin nombre.
-
No me importa , podemos empezar juntos donde
tú lo desees. Yo he trabajado. No me da miedo y tú lo sabes . Te quiero , te
quiero - repetía mientras le besaba el rostro
-
No tengo nada que ofrecerte . No es
justo para ti. Todo esto te pertenece y yo no soy quién para arrebatártelo
-
¿ Pero cómo se te ocurre pensar
eso ? Nosotros ya lo habíamos hablado.
-
No puedo, no quiero arruinarte la vida. Siento
que ahora debo alejarme de ti. –
-
Pero Albert ... - Derrotada , caí
de rodillas sobre el césped y sacando el último valor que me quedaba en mi
interior acerté a contestarle - Bien , si me dejas ahora me habrás perdido para
siempre
-
Estoy seguro de ello - dijo Albert
alejándose de mí, dejándome en ese estado tan lamentable .
Desde allí se oía el barullo que había dentro de la mansión. La fiesta
debía estar animada. Me di unos cuantos minutos para calmarme. Me limpié las
lágrimas y me sacudí el vestido y tras retocarme el maquillaje me dirigí hacia
allí.
Entré con bastante dignidad. Me di cuenta que Francesca me dirigía una
mirada interrogante. Pronto sonrió, su plan había triunfado. Owen me dedicó una
cruel y sucia sonrisa. Pensaba que pretexto habría inventado para disculpar tan
deplorable aspecto. Dándole la espalda penetré en la biblioteca donde Alexander
continuaba bebiendo. Cerré la puerta con llave.
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