sábado, 2 de agosto de 2014

Las azaleas del amor XXVI

... y como hace mucho tiempo que he estado ausente otro pedacito para que sigáis leyendo, un besazo enorme y gracias a la gente que de verdad sigue ahí.... Espero que lo sigáis disfrutando

Capítulo XXVI


-          Hola , Lori Anne, eres la última persona que esperaba ver por  aquí esta noche

-          Bueno , hasta hace unos instantes yo tampoco creía que iba a terminar aquí.

-           Vaya , hablas con cierta ironía que no es propia de ti

-          Tienes razón  y tú no lo mereces, discúlpame

-          Pero Lori ¿ que te sucede ? Tus ojos parecen tristes, ya no brillan como lo hacían estos días

-          Ya lo ves, están tan vacíos como mi corazón. Albert me acaba de dejar y ¿sabes por qué ? Primero dudó de mí . Tu madre le dijo que hoy anunciarían nuestra boda. Tú conmigo , ya me entiendes.

-           ¡Oh! no, yo... no sé que decir , ¿ pero él ha sido capaz  de desconfiar de ti ?

-          Bueno , él asegura que ha pensado que no me merece, que la gente no vería con buenos ojos nuestra relación y...- Me derrumbé y empecé a llorar, toda la integridad que hasta ahora había mantenido intacta se vino abajo.

-           Dale tiempo , puede que solo necesite eso. - Alexander me rodeó con sus brazos

-          No - dije radicalmente -. Él ha preferido perderme en lugar de luchar por mí , por nuestro amor  y enfrentar los rumores de la gente. Esa es la razón de que yo esté aquí. No quiero engañarte porque no te lo mereces

-          No entiendo - dudó Alexander.

-          Bueno, tú me pediste una vez que me casara contigo. En ese momento yo no te mentí y te dije que amaba a Albert. Sin embargo ahora él ya no es un  inconveniente , ya que me ha dado mi carta de libertad . Además , tú sabes que para mí no eres indiferente , te tengo un gran aprecio y estoy segura que con el tiempo llegaría a amarte. Ahora soy yo la que te lo pide ¿Quieres ser mi esposo ?

Alexander me miró sorprendido. Me bebí un vaso de whisky y me acerqué a él. . Empecé a besarle con pasión mientras le desabrochaba la camisa de satén, mis manos recorrían su pecho perfecto. Él me respondía fogoso aunque ello era efecto del alcohol. Rápidamente se separó de mí  y fue hacia la ventana.

-          No puedo aceptarte Lori Anne. Para mí sería un acto de cobardía hacerlo sin que conozcas la verdad. Yo me siento un ser oscuro y despreciable. Te he mentido durante todo este tiempo en que te conozco. No soy lo que parezco , mírame y escucha...

-           Alexander , ¿ acaso amas a otra mujer ?¿ Has dejado alguna chica en Italia? Si se trata de eso  lo entenderé y más sabiendo que no puedo ofrecerte un amor limpio y sincero como tu merecerías - Le dije      

-          Calla. Tú no me conoces. Ahora escúchame . Ya es hora de enfrentar la verdad . es cierto que desde la primera vez que te ví ,te estoy cortejando como un joven enamorado. Te he puesto en compromisos . Te regalé el perfume de Romeo y Julieta para alimentar tus ilusiones e incluso el acto final fue regalarte un diamante auténtico para pedirte que fueras mi esposa. Pues bien , todo eso era falso , sólo una mascarada.- Vació otro vaso de Whisky en su estómago.

-          ¿Quieres decir que no me quieres ?

-          No , no por favor, no pienses so. Te aprecio muchísino y entiendo que tía Henrietta te quiera tanto. Yo te quiero como un buen amigo , un hermano, pero no puedo quererte como hombre.

-          Entonces ¿ hay otra mujer realmente ?

-          No , no podría cambiarte por otra mujer. Eres la más hermosa que jamás he conocido. Pero , déjame terminar, todo lo hice por que me obligó mi madre

-          ¿ Qué ?

-          Sí , bueno tu habías heredado así que....

-          ¿ Lo hiciste todo por dinero ? Dios, no puedo creerlo. Jamás me lo hubiera imaginado de ti.                    

-           Escúchame , yo no quería herirte, por eso cuando no me aceptaste me alegré en mi interior. De hecho no he vuelto a insistirte aunque mi madre no me ha dejado en paz durante todos estos días, por eso discutíamos cada día. Ella me dijo que hoy anunciarían la boda. Por eso me he encerrado aquí. No quería estar presente en esta farsa. Si ella lo anuncia hoy , mañana nosotros podemos desmentirlo a través de la prensa. Sólo espero que puedas perdonarme.      

-          Lo que no entiendo es con que argumentos tu madre ha sido capaz de convencerte. Se ve que tu no eres así . Y resulta tan extraño.

-          Pues , ya ves, aún hay algo más que apenas nadie sabe .Solo mi madre , mis amigos de Italia y yo mismo . Ahora también lo sabrás tú. Soy... homosexual

Alexander acababa de darme un golpe del que era difícil recuperarse. Le miraba sin poder creerme lo que me acaba de afirmar por sus propia boca. Tras quedarme pensativa durante un rato continué la conversación

-          Bueno , puedo asegurarte que esperaba cualquier respuesta , pero esto realmente me supera. No se que contestarte.

-          Bien , si deseas abofetearme y no volver a dirigirme la palabra nunca más no podré reprochártelo, me siento demasiado culpable como para poder perdonarme a mí mismo.

-          Verás , ahora pienso que no puedo odiarte y por mucho que lo intente no creo que pueda lograrlo . El motivo es muy sencillo. Desde que te conozco has sido bueno conmigo, siempre me has apoyado cuando más lo he necesitado. Quiero creer que a pesar de todo surgía por tu parte hacia mí un sentimiento natural de dulzura.

-          Entonces crees bien, en ese sentido nunca te he mentido. Ya lo sabes.

-           En este caso ¿Por qué no seguir con la función? Podríamos casarnos , ir de luna de miel, aparentar ante los demás que somos el matrimonio perfecto.

-          No entiendo porque quieres seguir con ello. A mí me beneficiaría pero tú , ¿ De qué puede servirte ?

-          Llámalo venganza si quieres. Albert creerá que por su causa me he precipitado a tus brazos y no podrá perdonárselo. Siento que necesito hacerle sufrir. Que se arrepienta de haber roto mis ilusiones por unos tontos escrúpulos

-          Creo que se merece algo así - dijo Alexander cogiéndome la mano.- Por mí , trato hecho si tú estás decidida. Alexander me miró entonces expectante.

-          Salgamos ahí y sorprendámoslos - dije yo , colocándome el vestido adecuadamente. Nos tomamos de la mano y pasamos al salón . Los invitados comenzaron a murmurar entre ellos.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario