viernes, 14 de marzo de 2014

Las azaleas del amor XV

Aquí estamos acercándonos a la mitad del mes de Marzo,deseando con fuerza que llegue la primavera haciendo que broten muchas azaleas del amor en todos los corazones y que nunca nos falte una palabra de afecto, una caricia,un abrazo de áquel por quien lo daríamos todo, os dejo un nuevo capítulo para que os haga palpitar el corazón . Un beso fuerte .

Capítulo 15
Al día siguiente regresamos a la mansión como estaba previsto . El jardín presentaba un aspecto desolador. Evidentemente Albert no había vuelto a acudir a él desde nuestra partida. Me pregunté si tal vez ya no volvería a verle jamás . Una idea triste y amarga surcó mi mente . Puede que en mi ausencia hubiera pensado que ya no merecía  la pena permanecer en la mansión , pensaría que me habría perdido , pero no , yo había vuelto para él , por eso no acepté a Alexander en matrimonio, no porque no le quisiera. No podía ocurrirme esto . Albert regresaría y seríamos felices . No podía equivocarme , necesitaba sus besos, tan deseados, sus brazos , su olor, incluso pelear con él para después reconciliarnos suavemente con mucho amor. Las lágrimas se agolpaban en mis ojos , no podía dar rienda suelta a mis emociones ,Emma estaba demasiado cerca, además no podría soportar tener que dar explicaciones por ello. Si Albert había desaparecido para siempre de mi vida, realmente habría sido una estúpida al rechazar la propuesta que Alexander me hizo justo el día anterior.
Por su parte ya nada volvió a ser igual entre nosotros . Él solía rehuirme a cada instante. Se había roto la camaradería y el compañerismo nacido entre ambos. Francesca se tornó de nuevo fría y misteriosa y aunque seguía tratándome con cierto respeto era obvio que había llegado a sus oídos mi ruptura con Alexander y en absoluto había sido de su agrado. Emma, sin embargo se alegraba en secreto del fracaso de su hermano , si ella no podía ser feliz, nadie a su alrededor debía serlo .
La normalidad volvió a la mansión al poco tiempo, exceptuando las discusiones con Albert, que aún seguía desaparecido . En su ausencia se habían ajado muchas de las hermosas y costosas plantas de nuesto vergel privado. Asombrosamente solo los macizos de azaleas blancas lucían orgullosos desafiando a las demás especies. Se me pasó por la cabeza que quizá el las hubiera cuidado en secreto , maravillosamente, solo para que yo lo viera a mi regreso y descubriera que realmente me amaba y esa era su forma de demostrármelo, pero pronto borré esa idea de mi cabeza, enfadándome conmigo misma por ser tan estúpida e infantil. Aquello era un imposible y yo lo sabía . Los cuentos de hadas no existían y yo era lo suficientemente mayor para saberlo y continuar creyendo en príncipes encantados, pero yo era así y nadie podría cambiarlo . Ni siquiera yo misma por mucho que me indignara con mi propia persona.
Finalmente descubrí que fue la servidumbre quien , en recuerdo de mi madre , la joven Teresa , se preocuparon de cuidar al menos esa porción del jardín.
Llevábamos dos semanas de vuelta y el jardín seguía descuidado, esperando que su protector apareciera en cualquier momento como también yo lo anhelaba. Pero el tiempo seguía pasando y no había ni una sola señal suya por ninguna  parte.
Imaginé  que tal vez su madre hubiera empeorado pero lo que era extraño es que en ese caso no nos hubiera avisado. Algo se clavó dentro de mí , mezcla de orgullo y de apasionamiento ,decidí que con mis escasos conocimientos de jardinería , pero mi férrea fuerza de voluntad sería capaz de devolverle al jardín su esplendor de otros tiempos, y a la vez podría demostrar a Albert, si regresaba, que yo no era la niña tonta que siempre había imaginado .
Francesca sugirió a Jasper la idea de buscar a un nuevo jardinero para que realizara su labor ante la ausencia prodigada de Albert. Yo rogaba para que regresara, pues a pesar de nuestras constantes peleas le seguía amando con toda la fuerza de mi ser y ahora con mayores motivos , dado que Alexander ya no suponía un obstáculo para que nuestra relación empezara a ser más fructífera de lo que hasta ahora había resultado .
Henrietta apreciaba mucho a Albert y a su familia y así me lo había

expresado en diversas ocasiones, yo apelaba a su buen corazón para

que le dieran más tiempo y le concedieran otra oportunidad: “Al

menos podíamos enviarle un mensaje, hacerle saber que si no regresa

perderá su empleo. Quién sabe si él ignora que ya estamos de vuelta,

incluso podía ser peor , ¿qué pasa si su madre está aún más grave ?

No podemos ser tan superficiales. Vosotros le conocéis mejor que

yo , pero le he visto trabajar y se que ama lo que hace , se

preocupa por hacerlo bien y no de cualquier manera. Puede que otro

jardinero acabara rápidamente con la esencia de este edén. No

debemos permitirlo”. Esperaba que alguien apoyara mi discursito .

Les miré a la cara uno a uno . Finalmente Alexander se comprometió a

hacerle partícipe de nuestra vuelta así como comunicarle que si no

deseaba volver, otro jardinero ocuparía su lugar. Salió dispuesto a

encontrarle.


Espero con muchas ganas vuestros comentarios que se resisten , vuestras críticas todo los

que os sugiera u os mueva el corazón ,Un fuerte abrazo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario