martes, 3 de junio de 2014

Las azaleas del amor XXII


Buenas tardes, os dejo un nuevo fragmento más para que podáis disfrutar del amor de Lori Anne y Albert ,deseando que todos tengáis una tarde espectacular , acercándonos radiantes al fin de semana y con ganas de comernos el mundo,ser felices y un enorme beso.
 
Capítulo 21
El amanecer nos sorprendió  durmiendo abrazados. Era una sensación agradable tener a tu lado al ser que te había robado el alma y a cambio te había entregado la suya haciendo que se te clavase junto al corazón . Él seguía durmiendo con su cabeza sobre mi hombro. Recorrí sus labios con mis dedos . En estos momentos poseía una imagen tan dulce e indefensa que de mi interior hacia brotar una gran  ternura. Pensé que ojalá no fuera un sueño y se desvaneciera de repente. Resultaba tan perfecto. Los ruiseñores cantaban en nuestras ventanas creando un ambiente bucólico y primaveral.
Albert  despertó: “Buenos días” me dijo sellando mi boca con un fresco y apasionado beso.
Después de vestirnos salimos a pasear por el pueblo. Las lugareñas se miraban sonriendo tímidamente al vernos de la mano. Quizá se imaginaban que éramos un matrimonio que disfrutaba de su luna de miel . Llevábamos la pasión reflejada en nuestros ojos. Caminando llegamos hasta una ermita cavada en una gruta. Por su aspecto debería de ser muy antigua. Pasamos a su interior. Había cuatro bancos grandes en dos hileras frente al altar. En un rincón había una virgen de tamaño mediano , de madera policromada. Tenía una cara muy hermosa , casi la de una niña. De una pared brotaba un manantial.  Nos arrodillamos en el altar y frente a nuestro señor Jesucristo nos juramos amor eterno 
-Albert, quisiera que este fuera el lugar donde unamos nuestras vidas. Deseo que nos den la bendición matrimonial  aquí ,este paraje es ideal , siento que casarnos aquí nos traerá suerte.
- Así sea - dijo él .
Tras permanecer un tiempo en silencio , rezando , salimos tranquilos con nuestro espíritu colmado de paz y armonía. En la noche nos amamos de igual forma que la primera vez, llenos de devoción y entrega. Convencidos de que jamás habría otra persona para ninguno de los dos. Nosotros ya nos habíamos convertido simbólica mente en marido y mujer esta tarde en la gruta. Ahora solo había que demostrarlo ante el resto de la gente , legalmente. Albert me había entregado una anillo que siempre llevaba puesto y yo le había entregado una medalla que tenía desde que era pequeña . No recordaba si me la habían regalado cuando estaba en el colegio o quién me la había colgado al cuello , lo cierto era que para mí tenía un significado muy especial  ya que siempre la había vinculado con la figura de mi madre.
El día siguiente transcurrió rápido y triste. Teníamos que abandonar nuestro refugio secreto y ninguno de los dos teníamos prisa por hacerlo .
Sobre Ganador veía como la casa campestre iba alejándose. En mi interior sentí un mal presentimiento. Esa noche antes de despedirnos Albert me hizo la mujer más feliz del mundo cuando en el templete me dijo: - Deseo que te cases conmigo .Tienes que ser mi mujer para todos. Tú escoge la fecha, ya sabes ,cuanto antes mejor. Quiero vivir contigo , amarte cada día , sentir que nadie mas que yo es tu dueño , que solo yo podré poseer tu piel cálida y dorada y jamás nadie me la arrebatará para profanarla . Ya eres mía y deseo que lo sigas siendo. Siento que si te pierdo ,mi vida ya no tendrá ningún sentido. Lamento que el anillo no sea muy lujoso, ni tenga  un diamante, pero te lo entrego con todo el amor que llevo dentro, y si me aceptas no solo me harás inmensamente feliz a mí ,sino que estoy seguro que mi madre recibirá la noticia con gran alegría. Y de Meg , pues puedes imaginártelo. ¿ Me aceptas ?
-Ya lo he hecho- dije perdiéndome en sus labios.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario