Buenas tardes, os dejo un nuevo fragmento más para que podáis disfrutar del
amor de Lori Anne y Albert ,deseando que todos tengáis una tarde espectacular ,
acercándonos radiantes al fin de semana y con ganas de comernos el mundo,ser
felices y un enorme beso.
Capítulo 21
El amanecer nos sorprendió
durmiendo abrazados. Era una sensación agradable tener a tu lado al ser
que te había robado el alma y a cambio te había entregado la suya haciendo que
se te clavase junto al corazón . Él seguía durmiendo con su cabeza sobre mi
hombro. Recorrí sus labios con mis dedos . En estos momentos poseía una imagen
tan dulce e indefensa que de mi interior hacia brotar una gran ternura. Pensé que ojalá no fuera un sueño y
se desvaneciera de repente. Resultaba tan perfecto. Los ruiseñores cantaban en
nuestras ventanas creando un ambiente bucólico y primaveral.
Albert despertó: “Buenos días” me
dijo sellando mi boca con un fresco y apasionado beso.
Después de vestirnos salimos a pasear por el pueblo. Las
lugareñas se miraban sonriendo tímidamente al vernos de la mano. Quizá se
imaginaban que éramos un matrimonio que disfrutaba de su luna de miel .
Llevábamos la pasión reflejada en nuestros ojos. Caminando llegamos hasta una
ermita cavada en una gruta. Por su aspecto debería de ser muy antigua. Pasamos
a su interior. Había cuatro bancos grandes en dos hileras frente al altar. En
un rincón había una virgen de tamaño mediano , de madera policromada. Tenía una
cara muy hermosa , casi la de una niña. De una pared brotaba un manantial. Nos arrodillamos en el altar y frente a
nuestro señor Jesucristo nos juramos amor eterno
-Albert, quisiera que este fuera el
lugar donde unamos nuestras vidas. Deseo que nos den la bendición
matrimonial aquí ,este paraje es ideal ,
siento que casarnos aquí nos traerá suerte.
- Así sea - dijo él .
Tras permanecer un tiempo en silencio , rezando , salimos tranquilos con
nuestro espíritu colmado de paz y armonía. En la noche nos amamos de igual
forma que la primera vez, llenos de devoción y entrega. Convencidos de que
jamás habría otra persona para ninguno de los dos. Nosotros ya nos habíamos
convertido simbólica mente en marido y mujer esta tarde en la gruta. Ahora solo
había que demostrarlo ante el resto de la gente , legalmente. Albert me había
entregado una anillo que siempre llevaba puesto y yo le había entregado una
medalla que tenía desde que era pequeña . No recordaba si me la habían regalado
cuando estaba en el colegio o quién me la había colgado al cuello , lo cierto
era que para mí tenía un significado muy especial ya que siempre la había vinculado con la
figura de mi madre.
El día siguiente transcurrió rápido y triste. Teníamos que abandonar
nuestro refugio secreto y ninguno de los dos teníamos prisa por hacerlo .
Sobre Ganador veía como la casa campestre iba alejándose. En mi interior
sentí un mal presentimiento. Esa noche antes de despedirnos Albert me hizo la
mujer más feliz del mundo cuando en el templete me dijo: - Deseo que te cases conmigo .Tienes
que ser mi mujer para todos. Tú escoge la fecha, ya sabes ,cuanto antes mejor.
Quiero vivir contigo , amarte cada día , sentir que nadie mas que yo es tu
dueño , que solo yo podré poseer tu piel cálida y dorada y jamás nadie me la
arrebatará para profanarla . Ya eres mía y deseo que lo sigas siendo. Siento
que si te pierdo ,mi vida ya no tendrá ningún sentido. Lamento que el anillo no
sea muy lujoso, ni tenga un diamante,
pero te lo entrego con todo el amor que llevo dentro, y si me aceptas no solo
me harás inmensamente feliz a mí ,sino que estoy seguro que mi madre recibirá
la noticia con gran alegría. Y de Meg , pues puedes imaginártelo. ¿ Me
aceptas ?
-Ya lo he hecho- dije perdiéndome en
sus labios.
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