martes, 5 de marzo de 2013

Almendros en flor


El tren salió de la estación a la hora prevista. Era muy temprano y  hacía frío. Habían anunciado nieve para  hoy y por un momento Estela temió que su viaje se retrasara aunque finalmente por suerte no fue así.

Sentada en su compartimento pensó en si no habría sido una decisión tomada a la ligera marcharse así tan rápido casi como si se estuviera enfrentando a una huida. Pero era una época rara en su vida, con cambios vertiginosos a gran velocidad y sentía que oportunidades así no surgían a cada momento. Decidió ir a la cafetería del convoy y tomar un rico cappuccino caliente, eso siempre animaba y hacía ver las cosas desde otra perspectiva.

No había mucha gente en el bar, por eso se fijó más en aquel joven pensativo que miraba el periódico como si no lo viera. Tenía una expresión ausente y distraída. Estela pensó que sería lo que por su cabeza pasaba y dio un sorbo a su café. Se preguntó si iniciar una conversación con él, le llamaron la atención sus ojos de un verde mágnetico, protegidos por unas finas gafas cuadradas de pasta.

Finalmente optó por volver  a su asiento, aún tenía que revisar su proyecto y preparar la primera exposición que tendría que realizar al llegar a su destino.

Por la ventana pudo apreciar que había empezado a nevar, pequeños copos de nieve empezaban a cuajar cubriendo el paisaje, instintivamente hizo un movimiento para resguardarse dentro de su chaqueta.

El paraje era tan hermoso que no podía despegar la mirada de la ventanilla y de pronto surgieron  ahí frente a ella, esbeltos y ornamentados, mostrando sus flores tan delicadas como si de joyas se trataran un conjunto de almendros en flor.

Estela pensó que  era una paradoja de la vida  como algo aparentemente tan frágil y delicado permanecía brillando con todo su esplendor en medio del temporal, como si estuviera retándolo y haciéndole frente

Este cuento es para dar fuerza todo aquel que siente que no está siguiendo el camino correcto, que no se deja llevar por la razón si  no por el corazón que pasa por momentos en los que parece que la vida les lleva a la deriva, para que no sufran, que sean fuertes como esos almendros en flor que aguantan temporales y podrán dar  color a la primavera, que aunque parezca lejana siempre llega después del invierno por largo que sea éste.

Un beso a todos y feliz noche.


 

2 comentarios:

  1. Gracias Laura por ayudarme con tus cuentos... siempre cargadas de historias bellas que me ayudan a seguir adelante a pesar de los pequeños baches con los que pueda tropezar en el camino. Me encanta tu punto romántico de la vida... espero que algún día los inviernos sean primera..

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  2. Tus cuentos me encantan porque describes de una forma muy bonita sentimientos muy profundos, lo malo es que se me hacen cortos, son como el preludio de una gran novela q termina de repente y te deja pensando en esa pequeña moraleja, como una fabula humana... sigue asi! Un besito.

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